ALICANTE. Sheffield, Manchester, Liverpool, Xixon, Granada, Detroit, Seattle, ¿qué tienen en común estas ciudades de disímiles demografías, separadas algunas de ellas por miles de kilómetros, con tamaños y skylines diversos? Que, más allá del lenguaje musical predominante en cada una de ellas, a todas se les puede anteponer el sustantivo “sonido” para convertirlas en adjetivos calificativos de una escena musical propia: Sonido Sheffield, Sonido Manchester, Sonido Liverpool, Sonido Xixon, Sonido Granada, Sonido Detroit, Sonido Seattle.
No es fácil describir qué es una escena musical y un sonido propio, pero sí qué es lo que no es, o al menos eso es lo que parecen tener claro los dinamizadores de la iniciativa Sindicato Ruido Costablanca, que bajo el empuje inicial de los miembros del grupo La Jetée y su frontman Elío Ferran, pretenden ser un revulsivo para la consagración definitiva de Alicante como lugar donde quedarse.
“En principio tenemos que aclarar que, de momento, no somos una asociación constituida como tal, la cosa se está yendo un poco de madre y nos está empezando a contactar gente en ese sentido, como un grupo que nos llamó el otro día, porque había llegado a sus oídos que habíamos tomado, y cito literalmente, ‘el relevo de la escena de Alicante’ y que habíamos fundado la Asociación de Músicos de Alicante. Nuestro proyecto es muy serio, pero de momento no va por estos derroteros”, aclara Elío, para detallar a continuación algunas de las chispas que encendieron la mecha.
“Todo surge porque, aunque todos vivimos aquí, en Alicante, cada uno somos de nuestro padre y nuestra madre, unos de Xixona, otras de Alcoi, yo soy de Ponferrada, no tenemos ese arraigo a lo alicantino en cuanto a identidad, pero sí hacia el lugar donde estamos y donde nos desarrollamos. Y todos compartíamos la sensación, cuando empezamos, de que nos faltaba algo, de que lo que suele llamar escena tenía unas características que no nos gustaban y que aquellas características que los que habíamos vivido este hecho en otras ciudades conocíamos, aquí no se daban. Por poner un ejemplo, aquí en Alicante se dan mucho los grupos de versiones, que es algo muy legítimo y te ayuda a ir desarrollando la técnica, además de que la idiosincrasia de Alicante da mucho para eso, por el turismo, los chiringuitos de playa, etc., y puedo entender que un músico se plantee, antes que trabajar en una oficina, pasarse el verano tocando la guitarra en un grupo de versiones y pasta para todo el año. Pero nosotros pensamos que justo eso, si lo que te gusta hacer es desarrollar tu propio proyecto musical, diferente, propio, original, esta actividad no aporta nada, y acaba siendo incompatible, en la mayoría de los casos, porque al final todo es una cuestión de tiempo, del tiempo que le dediques. Y sí hemos podido detectar que esto no se da en otros lugares que sí tienen una escena potente, como Murcia o València”.