ALICANTE. Hugo Alonso no es un artista complaciente, más bien es inquietante. Su obra inquieta al espectador y juega con sus sentidos, sobre todo con el de la vista, pero también con el del oído. Ya que no son pocas sus inmersiones en el terreno audiovisual y musical. Formado en las Facultades de Bellas Artes de Salamanca y Roma, desarrolla proyectos expositivos cuya naturaleza es heterogénea. Inicialmente comenzó pintando, de ahí que gran parte de su obra sea pictórica, aunque posteriormente su inquietud le ha llevado a transitar otros terrenos en la creación artística como el vídeo, el sonido, la instalación audiovisual. Además ha realizado distintas colaboraciones para ópera y teatro. A día de hoy, Hugo Alonso, está considerado como uno de los artistas más prometedores de la escena nacional con una relevante proyección internacional.
En esta ocasión el espacio Decorner de Santamaca (calle Villavieja nª1) de Alicante presenta Cómo resucitar una mosca muerta, una obra audiovisual en la que el artista explora las relaciones entre la historia de la pintura y la imagen cinematográfica, así como las posibles vías para aproximarse a lo real desde la ficción fílmica y viceversa. Hecho sobre el que ya ha tratado en otras obras audiovisuales como The Bathroom, obra que es una escenificación digital de un fragmento de Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960), en la que los personajes —Norman Bates y Marion Crane— y dos cuadros especialmente significativos —dos pájaros— han sido eliminados de la escena. Los cuadros han sido reproducidos miméticamente y trasladados a la realidad de la sala. Una relación paralela se podría establecer entre los personajes ausentes y los espectadores activos de la obra. Un perfecto juego sensorial que evoca y lleva al equívoco, que rompe la frontera entre la pintura y la cinematografía y que resulta tanto o más inquietante como la propia obra del maestro Hitchcock.