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análisis ap - debate de candidatos a la alcaldía de alicante en el arranque de campaña

Sánchez mordisquea a Barcala, que resiste; López y Bellido sobrepasan a Sanguino, fuera de escena

  • Los cinco candidatos a la Alcaldía de Alicante, Sánchez (Cs), Barcala (PP), López (Unides Podem EU), Bellido (Compromís) y Sanguino (PSPV-PSOE), junto al periodista Carlos Arcaya, moderadora del debate. Foto: RAFA MOLINA

ALICANTE. El primer debate entre candidatos a la Alcaldía de Alicante, organizado por Radio Alicante Cadena Ser, dio este viernes el pistoletazo para el arranque real de la campaña electoral y -pese a las estrecheces lógicas e inevitables del formato- sentó las bases que van a resultar claves para decantar la contienda en las urnas, el próximo 26 de mayo. Los aspirantes: Luis Barcala (PP), Paco Sanguino (PSPV-PSOE), Xavier López (Unides Podemos EU), Mari Carmen Sánchez (Ciudadanos) y Natxo Bellido (Compromís).

Superados los saludos protocolarios y el recuerdo unánime a la figura del exministro socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, la primera conclusión que se confirmó en el desarrollo del coloquio es que la cosa va de bloques. La alternativa del centro derecha se juega duro (y mucho) entre Partido Popular (PP) y Ciudadanos (Cs), ante la ausencia (y la incógnita) de Vox, que no habían sido convocados al no disponer de representación en la corporación actual. 

La candidata del partido de Albert Rivera y hasta ahora portavoz parlamentaria en les Corts, Mari Carmen Sánchez, lo tiene claro, con el acicate que supone haber superado al PP en las citas electorales del 28 de abril como segunda fuerza preferida por el electorado local. Así, no dudó en lanzarse a la yugular de su rival directo y actual alcalde, el popular Luis Barcala. Le dedicó casi más atención que a sus oponentes ideológicos -los de la izquierda, a los que sí echó en cara "el caos del tripartito"- con constantes estocadas sobre los episodios judiciales por presunta corrupción que afectaron a los dirigentes del PP durante el pasado mandato. No faltaron referencias al empresario Enrique Ortiz con la coletilla de "financiador confeso del PP" ni el reproche sobre la participación de los dos concejales "tránsfugas" para que Barcala fuese investido. 

Sin embargo, el candidato a batir resistió. Barcala, curtido y mucho más empapado del viaje político de estos últimos cuatro años en Alicante, le respondió con críticas sobre lo que consideró la irrelevancia de Cs, a quien reprochó que no aceptase su ofrecimiento de compartir responsabilidades de gobierno cuando él asumió la Alcaldía, hace un año. Así, volvió a sacar a pasear la metáfora de los veraneantes (que, después, también le recordó Bellido). El resumen: Sánchez intentó morder, pero la tentativa se quedó en mordisqueo. Lo que sí parece definitivo es que no habrá tregua: ninguno de los dos hizo el más mínimo gesto por tender la mano al otro ante un escenario de formación de alianzas. PP y Cs van a por todas, sabedores de que quien logre un voto más es el que puede revindicar el manejo de la batuta de un posible futuro gobierno. 

Por el centro-izquierda, a priori, la pugna no parece tan reñida. Al menos de partida, al PSPV-PSOE se le presupone el liderazgo del bloque tanto por trayectoria histórica, como por penetración sociológica y por el tirón de la marca nacional que se ha demostrado en las generales (también, aunque con un porcentaje menor, en las autonómicas). Sin embargo, su alcaldable, Paco Sanguino, inexplicablemente se sometió a un autoboicot y no consiguió cuadrar un discurso lógico, pese a que fue quien lanzó algunas de las propuestas concretas más novedosas de las que se pudieron escuchar a lo largo de los 90 minutos del debate. 

Lo cierto es que quiso explotar su condición de candidato independiente como valor añadido, pero acabó perdido, fuera de escena, casi renegando de las siglas cuando parece que es precisamente lo que más rédito puede darle. Así, por momentos quedó al borde de ser objeto de chanza y se vio superado por sus dos contrincantes progresistas en liza, con razonamientos mucho más solventes y comprensibles, quienes le afearon que su programa haya recuperado grandes obras como el soterramiento del tráfico en el frente litoral o el centro de congresos en Sangueta. 

Bellido incluso tuvo que emplazarle a aterrizar, consciente de que un buen resultado del PSOE resulta indispensable para que pueda reeditarse el pacto de progreso por el que tanto él como el candidato de Unides Podem EU, López, sí apostaron claramente. López hasta animó a Sanguino a descartar en público una posible alianza con Cs, en el caso de que los números diesen, a la manera que Pablo Iglesias ya hizo con Pedro Sánchez en las generales. Sanguino, por su parte, respondió de manera críptica que la solución era que cada partido votase a su propio partido y que así, él sería alcalde.

Hubo espacio para los cruces entre los dos bloques, pero resultaban previsibles y se basaron en las trayectorias y papeles que cada formación ha desempeñado en estos últimos cuatro años. Sanguino, López y Bellido aludieron al agujero económico municipal que recibieron sus respectivas formaciones cuando llegaron al poder, en 2015, y se arrogaron el logro de haber enderezado el rumbo. Barcala y Sánchez les reprocharon los tres años perdidos del tripartito. El popular dijo que él había reactivado el funcionamiento municipal y que lo había conseguido solo con 8 concejales de 29 gracias al diálogo. Pero después ambos volvieron a la greña: Sánchez le espetó a Barcala que este último año con el PP había sido otro año de barbecho y de precampaña gratuita.

Y también hubo pullas sobre la formación de pactos de gobierno, como la que López lanzó a Sánchez al invitarla a recordar el pasado de casos de presunta corrupción antes de decidir si conforma una alianza postelectoral con el PP o la que le dirigió en relación a supuestas alianzas con Vox a la manera del acuerdo de investidura registrado en Andalucía.   

La segunda cuestión clave que resultará determinante para decantar el color de la Alcaldía es la de las propuestas. En el coloquio, pudo comprobarse que los cinco aspirantes a la Alcaldía compartieron un diagnóstico de necesidades y de asignaturas pendientes como la ejecución de infraestructuras, la redacción de un nuevo Plan General y la mejora del funcionamiento de los servicios municipales como la limpieza viaria (a la vista de los sondeos que colocan a Alicante como la segunda gran ciudad más sucia de España) y el transporte público en autobús. Las contratas de ambos servicios expiran este próximo mandato: la del transporte, este mes de junio, y la de la limpieza, en 2021. Sin embargo, cada aspirante deslizó modos distintos de afrontar esos debates. Estas fueron, resumidas, algunas de las ideas que se formularon sobre esas y otras materias.

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