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las residencias artísticas de las cigarreras convocan a los creadores para su primera edición

Residencias Aterriza: investigar y experimentar con el sonido, la fotografía, el audiovisual o el paisaje

  • Uno de los proyectos desarrollados por Negre en Las Cigarreras.

ALICANTE. La investigación y experimentación en el arte sirve para plantear diatribas que ayuden a reflexionar e inspirar al público y también al ámbito científico o a otros artistas. Ese es el objetivo de la convocatoria de residencias artísticas Aterriza que ha iniciado la concejalía de Cultura de Alicante, con el centro cultural Las Cigarreras como centro de operaciones. Una sede que actúa de esta manera como centro de producción con la intención de alimentar al tejido artístico de la ciudad no solo con nuevos creadores, sino también con ideas innovadoras. De hecho, se trata de una iniciativa que se enmarca en el programa EDUSI para este área, con el fin de generar entornos de creación y convivencia.

Las residencias de investigación y experimentación Aterriza se centran en cuatro vertientes artísticas: fotografía, audiovisual, música electrónica y procesos en el paisaje. Para ello, la concejalía sacó a licitación la coordinación de esas cuatro disciplinas que, a su vez, sacan ahora a concurso las residencias convocando a los creadores a desarrollar sus proyectos en estas instalaciones. En el terreno de la fotografía, quienes coordinarán los trabajos artísticos serán los miembros de PhotoAlicante. Por su parte, el proyecto Negre, con sede en La Caja Negra de Las Cigarreras, será quien dirija el aspecto audiovisual de esta iniciativa. Por otro lado, los miembros de ENSO llevarán el área de música experimental. Por último, el colectivo La Cuarta Piel desarrollará la vertiente de procesos en el paisaje.

Procesos en el paisaje: La Cuarta Piel tira al monte

Un tiempo al medio es el título del proyecto, ya adjudicado, que se llevará a cabo desde el ámbito de actuación de los procesos en el paisaje, que en esta ocasión se circunscribe al monte Benacantil por el vínculo geográfico que existe entre el propio centro cultural y este espacio natural, que es el más próximo. "La cultura debe atender a la naturaleza y el clima", sentencia Carlos Pastor, miembro del colectivo La Cuarta Piel. 

El monte Benacantil es un sistema natural creado. No existía como espacio natural, sino que había sido deforestado por cuestiones militares, al ubicarse bajo el Castillo de Santa Bárbara, y posteriormente reforestado con el plan del ingeniero de montes Francisco Mira y Botella (Aspe, 1863 - Hondón de las Nieves, 1944). "Este hecho abre diversas discusiones pendientes de resolver, entre lo que se considera natural y lo que se considera artificial", explica Pastor. Unas controversias que se tratarán estudiando y experimentando con la relación que existe entre el centro cultural, el monte, los usos que el vecindario le da a este espacio natural o la biodiversidad del mismo. 

En la ladera próxima a la costa, el plan de reforestación fracasó por la salinidad y el viento. Sin embargo, la parte cercana al núcleo urbano es donde más ha proliferado la vegetación. Hay determinadas especies de aves que emigran desde África y anidan en el Benacantil. Es un espacio en el que, además, los alicantinos acuden durante la Pascua a comerse la mona. Allí vive también una colonia de gatos que son alimentados por el vecindario, e incluso los más mayores, juegan también a la petanca en en las zonas habilitadas para ello. Es una de las zonas verdes emblemáticas de la ciudad y se someterá al trabajo de Inés Cámara Leret, quien tratará el proceso de este paisaje partiendo de la idea de desertificación y de que "plantar árboles no es la única forma de atender a las ecologías de Alicante". 

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