ALICANTE. Última fase en el trayecto para la rehabilitación de otros seis refugios antiaéreos de Alicante, tras los trabajos de restauración y puesta en valor impulsados por la Concejalía de Cultura. El equipo de Gobierno, un bipartito compuesto por PP y Cs, acaba de aprobar un modificado sobre el proyecto de rehabilitación de cinco de ellos después de que se haya constatado la existencia de necesidades adicionales para ejecutar su adecuación, según precisó el edil del área, Antonio Manresa (Cs).
En concreto, se trataría de la necesidad de ejecutar tareas de desescombro interno que no se pudieron valorar al redactar el proyecto inicial, ya que se ha detectado la presencia de materiales de relleno no contemplados precisamente hasta que se inició la realización de las obras. Así, ha resultado necesario llevar a cabo una ampliación de plazo de finalización del proyecto, sin que ello suponga un mayor coste económico, en la medida en que, en algunos de esos habitáculos, se ha tenido que renunciar a la realización de algunas de las actuaciones previstas.
Se trata, por ejemplo, del caso del refugio situado en el entorno del Mercado Central, sobre el que parece descartarse la posibilidad de que pueda quedar habilitado para la realización de visitas por la complejidad que presenta su estado de conservación. Así, se estaría barajando la posibilidad de que pueda ser contemplado a través de una cristalera situada en la planta sótano del Mercado Central, a la espera de que pueda evaluarse la posibilidad de abrir su acceso desde la calle Calderón de la Barca. Y otro tanto sucede por lo que respecta al refugio de Marqués de Molins, cuyas obras para convertirlo en un espacio visitable también se han visto complicadas por su sellado con material de relleno.
En cualquier caso, la prórroga de las obras no diferirá sustancialmente respecto al plazo de seis meses previsto inicialmente. Los trabajos comenzaron en julio, por lo que la actuación debía finalizar el pasado 7 de enero. Sin embargo, tras la aprobación de ese modificado, la nueva previsión es que los trabajos de acondicionamiento queden terminados el próximo 31 de enero.
A partir de entonces, se abordará su proyecto de apertura, mediante la concreción de un proyecto de dinamización concreto, que ya se está coordinando con el Patronato de Turismo para conformar itinerarios y visitas guiadas, como elemento de dinamización económica de su entorno. De hecho, la rehabilitación de los refugios se ha concebido con la intención de que puedan ser cedidos para usos polivalentes, compatibles con su conservación y con los servicios de los que disponen (básicamente, suministro eléctrico e instalación de rieles para colocar paneles), según detalló el responsable del departamento municipal de Memoria Histórica, Pablo Rosser.
En principio, se prevé que puedan acoger el desarrollo de exposiciones, presentaciones o actos culturales, pero no se descarta que puedan acoger otras actividades, como pequeñas representaciones teatrales, o incluso algún tipo de uso hostelero, que, no obstante, quedarán supeditadas a sus condiciones ambientales (los que son íntegramente subterráneos, presentan niveles de humedad considerable, por ejemplo). En esta línea, por el momento ya se ha recibido la petición del IES Miguel Hernández para poder organizar actos culturales en el refugio situado en General Marvá, junto a las escalinatas del IES Jorge Juan.
Así, como informó Alicante Plaza, al margen de conservar su valor histórico y patrimonial y de contribuir a la divulgación del pasado, uno de los objetivos centrales del proyecto de recuperación y apertura al público -delimitado entre los propósitos de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado (Edusi)- es que esos cinco refugios actúen como motor de desarrollo en su ámbito de influencia. Es decir, que su apertura al público funcione como elemento dinamizador de los barrios de Carolinas Bajas, Mercado Central, San Antón y Campoamor.
La intervención permitirá hacerlos visitables, como en los casos de los refugios de Séneca y de la plaza de Balmis, pero, además, se pretendía dotarlos de un contenido no exclusivamente cultural para que generen flujos de público capaz de provocar un efecto retorno en la hostelería y en el comercio de sus proximidades.