ALICANTE. (EFE). La Universidad de Alicante se ha sumado este curso a la media docena de instituciones docentes españolas que imparten Gastronomía. Y lo hace mediante un grado innovador, transversal y multidisciplinar que nace con 50 estudiantes.
En un acto celebrado en la sede de Casa Mediterráneo, el rector de la UA, Manuel Palomar, ha sido el encargado de dar la bienvenida a esta primera promoción de alumnos del grado de Gastronomía y Artes Culinarias que tendrá sedes en el campus de San Vicente del Raspeig y en el CdT de Dénia y que ha nacido para "formar profesionales útiles y aptos" en la restauración del futuro.
El rector ha puesto de manifiesto que “la gastronomía se ha erigido en los últimos tiempos en estandarte nacional desde el punto de vista turístico, económico y empresarial”, señalando que la Comunidad Valenciana cuenta en 2018 con veinte estrellas Michelín, dos de ellas en Castellón, seis en Valencia y doce en la provincia de Alicante (el sesenta por ciento del total). Y es que “esa industria reclamaba una mejor formación universitaria para dar respuesta a la profesionalización, añadió.
Por su parte, el decano de Ciencias, Luis Gras, ha destacado “el carácter multidisciplinar del grado”, donde participan casi todos los ámbitos del conocimiento: Historia, Filología y Letras, Ciencias, Derecho, Económicas, Politécnica y Ciencias de la Salud. Un plan de estudios que busca la excelencia "sin perder de vista la dieta mediterránea y la esencia gastronómica", subrayando el carácter práctico de estos estudios.
En la sesión de apertura ha ofrecido una conferencia la investigadora del departamento de I+D+i de la salinera Bras del Port de Santa Pola, María Dolores Rey, quien hizo un repaso de la historia de esta mercantil, la cual tiene casi 120 años de vida, siendo la única del país que ha apostado por la investigación. Fruto de esta inversión en I+D+i, ha comercializado con éxito la sal de escamas y ha sacado al mercado un nuevo producto, la espuma de sal, de la que es única productora a nivel mundial.
Tomó la palabra la cocinera María José San Román, dueña del restaurante Monastrell, con una estrella Michelín, quien señaló que "por fin la UA abre este tipo de estudios” y pidió que “se prohíba abrir un restaurante a quien carezca de estudios específicos”.