ALICANTE. Con casas solariegas aquí y más allá, sin pretensiones agrícolas por falta de agua, se fue creando - sin querer - una estructura urbana de lo que luego fue un barrio de Alicante.
Por cierto, dice la 'Historia del barrio de La Florida, sus calles y sus gentes', editada por la Asociación de Vecinos La Voz de la Florida en 2010 siendo Felicidad Sánchez Sánchez su presidenta, que con el establecimiento estable de la población "este distrito se ha venido conociendo por Llano del Espartal, Portazgo y La Florida. La razón de este último y definitivo nombre es la de que, junto a las fincas rústicas, existían algunas casas de recreo de la burguesía local, utilizadas preferentemente en la época veraniega". Si seguimos leyendo nos dice que "fue una de esas quintas de recreo, “La Florida”, perteneciente a Doña Carolina y Doña Enriqueta Elizaicin, de la que este barrio tomó su nombre definitivo". Toma, ya tenemos desvelado de donde sale su denominación. Es esta una de las cosas más importantes, porque define su origen y su identidad.
Pero hay más para mirar atrás en el recuerdo y tirar de nostalgia. Prepare el pañuelo, si procede, para secar alguna lágrima de su mejilla. Esta quinta, después de vendida a sus nuevos propietarios, fue sede de la Compañía de Ferrocarriles y Tranvías Vecinales, empresa de capital belga. A esta Cía la sucedió la de Tranvías y Electricidad, S.A. Después de su municipalización se convirtió en el Servicio Municipal de Tranvías, y cochera.
No quiero extenderme con el nombre de los diferentes propietarios por los que pasó esta "heredad", les aburriría. Pero uno de ellos fue el Consulado del Mar. Quédese con este nombre, volveré a referirme a él en otra ocasión. La historia de Alicante no nos la terminamos en unas crónicas como esta, da para mucho más. No me canso, aunque lleve contándoles crónicas sobre ella desde hace poco más de cuatro años, sin interrupción. Y lo que sigue.
Fue el ayuntamiento de Alicante quien puso orden en la planificación de estos terrenos. Así, en 1918 Francisco Fajardo Guardiola, arquitecto municipal, tiró de papel y planificó un callejero para la ocasión. Puso a sus calles nombres de constelaciones y estrellas. Comprenderá ahora el título de esta crónica, no tiene ningún sentido peyorativo. Vea. Calles con nombre de Aldebarán, Andrómeda, Casiopea, Centauro, Estrella Polar, Hércules, Neptuno, Pegaso, …
En la historia del barrio hay dos momentos históricos que le marcarán para siempre. Uno, lúdico y deportivo. Otro, ¿cómo le diría? político y … dejo que le añada usted el calificativo, cada uno tenemos el nuestro en función a la importancia que le demos a los hechos que le voy a narrar.
Empecemos por el primero. En unos terrenos de Casimiro De la Viña, fundador del Club Natación Alicante, se construyó un campo de fútbol. Lo usaron el club de natación citado, el Lucentum, el Hércules C.F., Alicante Club de Fútbol… En este campo nació y se desarrolló en Alicante la afición por el balompié de varias generaciones. También de otras disciplinas deportivas. Fue cuna de mucho talento deportivo y social. Desapareció en 1974. Ahora lo recuerda la plaza De la Viña.