ALICANTE. Me congratula mucho leer y ver la repercusión que ha tenido el nuevo proyecto de PLD Space, una start up que nació hace años en Elche, en 2011; se trata de un cohete, Miura 1, que va a estar en la vanguardia en Europa en emprendimiento empresarial de alta tecnología. Necesitan todavía una buena porción de financiación para culminar con éxito sus planes que pasan además por crear un centenar de puestos de trabajo. Bien. Muy bien. Me gustan las noticias positivas que rompen estereotipos y barreras. Hace ya años entrevisté en Tele-Elx a Raúl Verdú , cofundador de la empresa junto con Raúl Torres. Fue en abril de 2016, cuando PLD cogía ya vuelos, nunca mejor dicho (ya barajaban tener una especie de sub-sede en el aeropuerto de Teruel).

Y allá que me encontré en el plató con un chaval de aspecto hipster, nada premeditado, que me empieza a hablar de cohetes espaciales, asunto que me sonaba poco menos que a sánscrito a pesar de que había recopilado bastante información previa, como era mi santa obligación. Con mil proyectos y con mucho entusiasmo: así lo recuerdo. Con positividad, mucha positividad, avec charme. ¿ Todo esto de los cohetes será verdad?, me preguntaba yo para mis adentros viendo la fuerza y convicción de Verdú. Pues va y resulta que es verdad.

Y ahí están: destacados en Expansión, Cinco Días, y en todos los medios nacionales y regionales a propósito de la presentación del proyecto en Madrid, con la presencia, entre otros, del ex ministro astronauta Pedro Duque. Puedo permitirme la licencia, y debo, de poner como ejemplo a los dos raúles, a los que luego se sumó Ezequiel Sánchez como presidente ejecutivo, como modelo de una nueva generación de jóvenes modernos, cualificados, inquietos..... y genios. Referencia en este caso en el sector tecnológico avanzado y, sobre todo, contra-modelos de otros jóvenes, y no tan jóvenes, que transitan por los programas de la telebasura, es un ejemplo, con méritos básicamente testosterónicos, y con un nivel de pensamiento mínimo y básico.