Cuando traemos a alguien al Misteri por primera vez, tratamos siempre de darle el mejor sitio. De darle la mayor información en cuanto a detalles, instantes y momentos que tiene la representación “...Mira arriba, ahora se abre el cielo…”, “...Ahora se muere la Virgen y cambia por imagen de la Patrona…”, “...Gírate que vienen los judíos…”. Y no solo eso, tratamos de donar, en pocos minutos, todas las vivencias e inclusos los sentimientos, que llevamos dentro desde hace décadas para que esa experiencia de alguien que se acerca a la Festa por primera vez le transforme para siempre.

En el Misteri no sólo se representa una obra, se celebra la vida: un legado de siglos y un futuro que llevará la impronta de todos los que lo vivimos y lo cuidamos hoy. La Festa es un sueño compartido por los ilicitanos: es el amor de un pueblo por su Patrona y la celebración del orgullo de la gente de Elche por su identidad.

Lo más extraordinario del Misteri es que nunca envejece. Aunque sus palabras y sus músicas sean antiguas, nos sigue sorprendiendo y nos sigue conmoviendo.

Y por eso, cada vez que lo vemos, volvemos a empezar. Volvemos a emocionarnos. Volvemos a ser niños. Volvemos a creer. Porque el Misteri no se acaba nunca. Nos acompaña. Nos transforma y nos renueva, como el primer día. Como hoy, como ayer y como siempre.

La celebración del Año Jubilar “Elche, el Cielo en la Tierra” está siendo una oportunidad perfecta para la difusión de nuestro Misteri fuera de nuestras fronteras. Una llamada oportuna para quienes todavía no lo conocen se dejen enamorar por nuestra Festa.

Como rector, me cabe el honor de haber acompañado a la familia de la Festa a París el pasado mes de junio para presenciar el magnífico concierto que la Capella y la Escolanía ofrecieron en el bellísimo templo de Saint Étienne du Mont. Allí pude comprobar cómo la música del Misteri no dejó indiferente a nadie. Cómo de alguna manera, aquellos motetes habían calado en esos espectadores que reflejaron en su rostro la satisfacción de haber vivido una experiencia única. Incompleta, sí, pero transformadora.

El compromiso de la Universidad Miguel Hernández con el Misteri d’Elx, a través de su Cátedra, y con Elche no tiene fisuras, al contrario, con el paso de los años los lazos son más estrechos y más cercanos. Seguiremos brindando nuestros recursos a la Festa y a la ciudad que le ha puesto voz a lo largo de los siglos.

De corazón, ilicitanos e ilicitanas ¡Felices Fiestas! y ¡Bona Festa!

Juan José Ruiz Martínez, Rector de la Universidad Miguel Hernández