Opinión

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El gran apagón y los apagones

Publicado: 08/05/2025 ·06:00
Actualizado: 08/05/2025 · 06:00
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Últimamente vivimos un exceso de apagones, algunos más dolorosos que otros, algunos más peligrosos que otros. Como el apagón humanitario que sufre Gaza, pues la Comunidad Internacional está permitiendo que se perpetre un genocidio y se hable ya sin vergüenza por parte de Israel de la ocupación de sus territorios, para lo cual están asesinando, incluso de hambre, a sus gentes. Y todo ello violando el Derecho Internacional Humanitario de manera permanente ante la mirada impasible del mundo, con escasas voces de denuncia. El hecho de que esto se esté permitiendo sin ningún bloqueo económico por la Unión Europea a Israel nos indica el ínfimo nivel de conciencia que tienen los dirigentes europeos sobre las consecuencias que esto tiene para todos nosotros como sociedad, a saber, que  el mensaje hacia la ciudadanía es que hay países privilegiados que, con el apoyo de los EEUU , pueden arrasar un territorio y asesinar a su población sin que Europa mueva un dedo, apagando el derecho internacional humanitario a conveniencia.

Otro apagón lo vivimos en el parlamento valenciano, con la reducción de actividad parlamentaria a la mínima expresión, con el fin de aplacar la voz de la oposición. Y el apagón del respeto tanto a la verdad, como a las propias normas reglamentarias garantes de la democracia, como a las víctimas de la Dana del 29 de octubre. Víctimas a las que PP y Vox han vetado, pactando que no comparezcan en Les Corts, para que su voz sea también apagada. Porque cuando relatan aquellas fatídicas horas en las que perdieron a sus familiares, ponen en evidencia que un aviso dos horas antes les habría salvado la vida. Y eso, aquéllos que tienen el corazón y la conciencia apagada como Vox y el PP, no quieren que sea escuchado en sede parlamentaria. 

No podemos obviar el apagón informativo en el que nos tiene Mazón sin que seis meses después nos haya dicho algo tan sencillo como dónde, en qué estado y con quién estaba cuando acabó la larga sobremesa en el Ventorro. Se trata de más de dos horas sobre las que se niegan a decirnos qué estaba haciendo Mazón. ¿Cuáles fueron sus prioridades, a pesar de saber que los barrancos se habían desbordado, había ya desaparecidos, las poblaciones se estaban inundando y miles de personas llamaban desesperadas al servicio de emergencias? Quizás la jueza no pueda preguntar al respecto, pero por responsabilidad política el pueblo tiene derecho a saber. Sin embargo, se han eliminado pruebas por el Consell y el pacto PP y Vox impide que la Comisión de Investigación aporte luz al respecto, denegando nuestras peticiones de documentación y comparecencias y aún hoy sin calendario de inicio.

Otro de los apagones que desean PP y Vox se manifiesta en su pacto para aprobar los Presupuestos de la Generalitat, pues pretenden apagar la voz de los sindicatos que cumplen una función constitucional de representación a todos los trabajadores, en su interlocución tanto con las empresas (también pretenden reducir la subvención a la CEV) como con las administraciones públicas, estés o no afiliado. Se trata de eliminar el Diálogo Social, a través del cual se conquistan derechos para todos, tanto laborales y económicos como sociales. Debilitar su voz busca reducir derechos y fomentar la desigualdad social. El ataque a los sindicatos tanto verbal como económico es uno de sus frentes para apagar la democracia.

Porque mientras eliminan todos los espacios de diálogo y participación de las entidades sociales, reducen a la mínima expresión la actividad parlamentaria, asaltan la televisión pública para controlar sus mensajes, el objetivo no es otro que reducir la democracia al voto. Asimismo, se trata también de limitar las libertades individuales estableciendo un poder político autoritario para el que todo esté permitido, como lo es construir sin limitaciones ambientales o repartir contratos entre los amigos de siempre, condenados o investigados en casos de corrupción, sin que nadie pueda siquiera denunciarlo.

Porque si hay algo que no quieren apagar son los privilegios de las élites económicas, para lo cual se dedican a generar, difundir y consolidar una pseudo-racionalidad que en el fondo va contra los pilares del Estado de Bienestar, su máximo objetivo a eliminar. Mientras, te hablan de religión, etnia e identidad cultural mayoritaria para hacerte creer que el enemigo es el diferente y, mientras activan el miedo, buscan apagar tus derechos y ejercer su poder económico sin ningún control ni límites.

Esas élites son las que por su avaricia económica nos llevaron al apagón eléctrico, pues con su objetivo de maximizar beneficios sin preocuparse de las inversiones necesarias para garantizar la estabilidad del sistema al parecer provocaron el gran apagón. Algo que el físico e investigador del CSIC Antonio Turiel ya había advertido que podía suceder, por lo que no es comprensible que no se remediara a menos que consideremos la opacidad del modelo en el que Red Eléctrica Española funciona. Hablamos de la garante del suministro eléctrico, que fue privatizada en un 80%, y de las multinacionales que distribuyen la energía. Empresas que se garantizan beneficios multimillonarios a costa de nuestros bolsillos, y nos hacen pagar precios cada vez más altos de un bien necesario. No es casual que buena parte de los ex -altos cargos políticos de PP y PSOE acaben engrosando las plantillas de esas empresas, empezando por Aznar y González, a los que sigue una larga lista.

El gran apagón y los múltiples apagones tienen detrás una falta de humanidad y una avaricia económica, que amenazan muy seriamente nuestra forma de vida y nuestra democracia, si no reaccionamos a tiempo. Desde Compromís no vamos a permitir que nada ni nadie apague nuestra voz.

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