De un lujo para celebridades a una tendencia masiva. En las décadas de 1980 y 1990, la cirugía estética era un recurso exclusivo de actrices, personajes de televisión y figuras políticas que buscaban mantener una imagen juvenil. Para luchar por no perder una carrera exitosa, les volvían dependientes del bisturí. Sin embargo, hoy en día, esta tendencia se ha expandido a mujeres de todas las edades, incluyendo adolescentes hasta la tercera edad.
Las redes sociales se han vuelto el nuevo espejo de la belleza
El crecimiento de la demanda en menores de 30 años está vinculado a la influencia de las redes sociales. La constante exposición a imágenes retocadas y los estándares de belleza impuestos por influencers han generado insatisfacción con la propia apariencia.
Según la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (ISAPS), entre el 30% y el 40% de las pacientes de cirugía estética tienen menos de 30 años. La comparación con rostros y cuerpos “perfectos” ha convertido los procedimientos estéticos en una solución rápida para muchas jóvenes.
Cirugías estéticas en adolescentes: una práctica en aumento
En España, la ley permite que menores de 18 años se sometan a intervenciones estéticas con autorización parental y evaluación psicológica. Aunque no hay cifras exactas, el aumento registrado en otros países sugiere que la tendencia es similar en nuestro país.
El boom post-pandemia de las clínicas estéticas
Desde el confinamiento por covid-19, la apertura de clínicas estéticas ha aumentado drásticamente, tanto para intervenciones plásticas como para tratamientos menos invasivos, promoviendo la idea de que estos procedimientos son un hábito de autocuidado, al igual que la salud dental u oftalmológica. Y esta expansión nos lleva a pensar en el peligro de las clínicas sin regulación : “El lado oscuro de la estética”.
La proliferación de centros sin licencia genera preocupación. Muchas pacientes han sido víctimas de cirugías mal realizadas con efectos irreversibles o incluso fatales. Malas praxis mediante un precio más barato, el “lado oscuro de la estética” y su crecimiento descontrolado plantean la necesidad de regulaciones más estrictas y una mayor concienciación sobre los riesgos de la “belleza exprés”.
¿No convendría que la Educación junto con los médicos instauren un programa para reforzar la autoestima de las jovenes y su aceptación de sí mismas en su temprana edad?
Ana López Oliva
Cátedra Mujer Empresaria y Directiva