ALICANTE. El Opel Grandland X es el último miembro de la familia de SUV compactos que la marca alemana ha incorporado al mercado español, tras el lanzamiento del Crossland X a mediados de 2017 y del Mokka X en 2016.
Para Opel, el Grandland X es "clave" en su ofensiva de producto, que en 2017 se ha traducido en la llegada de siete modelos y derivados, a los que sumarán otros 29 vehículos para 2020.
A primera vista, el Grandland destaca por ser un modelo robusto, que se caracteriza por tener una longitud de 4,477 metros y un peso de 1.392 kilos, lo que le confiere aplomo en todo tipo de situaciones, aunque su configuración está más orientada a la carretera que al campo.
El modelo probado por Efe ha sido con el motor 1.6 diésel de 120 CV, transmisión automática de seis velocidades, tracción delantera y acabado Excellence, el segundo más equipado que el fabricante alemán ofrece para este modelo.
Su consumo mixto declarado es de 4 l/100 km, cifra que ha ascendido hasta los 5,6 l/100 km a lo largo de la prueba, una cifra que se puede considerar contenida para un automóvil que sobrepasa los 1.300 kilos.
Para evitar que su peso pueda jugar malas pasadas en curva o en paradas de emergencia, el sistema de frenos actúa con determinación y sin brusquedad, lo que viene acompañado de una dirección que transmite con rapidez y fiabilidad lo que acontece debajo del carenado.