PETRER. El baile del fuego y el sonido de las cacerolas golpeando se instauran como imagen y banda sonora de una noche mágica en Petrer. Les falles de la nit de reis son una tradición cuyas raíces bien podrían datar de finales del siglo XIX o principios del siglo XX, siendo anteriores a la ya instaurada cabalgata. "No se puede conocer con exactitud la fecha en que se iniciaron, porque no existen documentos escritos que recojan esa información. Por lo tanto, fijar sus comienzos ahí es como no decir nada", advierte la imprecisión del origen Vicent Navarro, petrerense especializado en las tradiciones de su municipio y empeñado en su conservación. Sin embargo, comenta que la generación de su bisabuelo ya tenía por costumbre hacer fallas la noche de reyes, lo que las sitúa, como mínimo, en más de un siglo de antigüedad.
Aunque "los primeros registros en artículos empezaron en los años 80 del siglo pasado, con Hipólito Navarro Villaplana como primer cronista oficial de Petrer", recuerda el experto, existe un posible origen para la tradición en el siglo XVII, inmediatamente después a la expulsión, en 1609, de los moriscos, momento en que "Petrer quedó totalmente despoblado. En 1611, cuando se llevó a cabo el reparto de las tierras, 90 familias procedentes de Onil, Castalla, Biar o de la zona de l'Alacantí, llegaron para repoblar el municipio", contextualiza. "Mi hipótesis es que las fallas de Petrer las trae la gente que nos repuebla, que ya tenía ciertos ritos como este, porque, por ejemplo, en Onil cuentan con una tradición similar llamada fatxos, pero en lugar de celebrarse el día 5 de enero, se realiza el 24 de diciembre, Nochebuena", interpreta Navarro.