ALICANTE.- Hércules y Elche. Elche y Hércules. Hablar de fútbol en la provincia de Alicante es hacerlo de estos dos clubes históricos, muy cercanos a celebrar el centenario de vida y cuya actualidad está marcada por las necesidades. Las deportivas, cómo no, que consisten básicamente en lograr un ascenso de categoría, y las económicas, que limitan sobremanera las opciones de lograr lo anterior, pero que, a su vez, quedarían atenuadas en el caso de lograr ese objetivo deportivo. 

No hace tanto, ambos conjuntos competían con los grandes: el Elche, hace bien poco, en las temporadas 2013/14 y 2014/15, y el Hércules,  en el curso 2010/11, jugaban en una Primera División en la que han militado un total de 21 temporadas los primeros y 20 los segundos, si bien hay que remontarse a la temporada 1984/85 para encontrar en esa categoría el último derbi entre dos equipos con simpatizantes a lo largo y ancho de la provincia que integran dos aficiones tan irreconciliables como interdependientes.

Hoy, por el contrario, el Elche juega en una Segunda División A que está considerada como la competición futbolística más igualada (y larga) del viejo continente y en la que militan otros ilustres como el Zaragoza, Valladolid, Rayo Vallecano, Oviedo, Mallorca o Cádiz. La historia reciente de los franjiverdes está marcada por un descenso administrativo, en el verano de 2015, que les llevó al fútbol de plata después de haber logrado en el campo una holgada permanencia. El equipo entonces entrenado por Fran Escribá, hoy técnico del Villarreal, acabó la temporada como decimotercero con seis puntos de ventaja sobre el Éibar, el último conjunto que se hizo acreedor de perder la categoría, pero que se libró de ello «gracias» a los problemas con la Agencia Tributaria del Elche que, si bien finalmente logró solventarlos parcialmente, lo hizo fuera de plazo. 

Eso sí, no hay mal que por bien no venga.  Y es que, después de ver cómo su equipo daba con sus huesos en la Segunda División, como ya ocurriera en la mítica noche del 15 de mayo de 1994, la conocida como «la noche del Gran Teatro», el franjiverdismo dio una nueva lección de lealtad a los colores, al evitar con sus aportaciones económicas que la deuda de su equipo con los jugadores le llevara a sufrir un segundo descenso en apenas unos días.

El club de la partida de Altabix elegía el pasado julio a José Alberto Toril (Peñarroya-Pueblonuevo, Córdoba, 1973) como técnico para dirigir una plantilla que se caracteriza por su veteranía, con «peloteros» como Matilla o Álex Fernández,  pero en la que destacan por encima de todo dos hombres: Edu Albacar y Nino. El primero, nacido hace 36 años en Tarragona, cumple con la presente su sexta temporada de franjiverde y lo hace tras haber colgado las botas hace apenas 14 meses y pasado a formar parte de la secretaria técnica del club durante la pasada campaña. En cuanto al delantero, formado en las categorías inferiores del Elche, tras ser traspasado en 2006 al Levante y haber defendido también la camiseta de Tenerife y Osasuna, vuelve a la que es su casa con la vitola de máximo realizador de todos los tiempos de la Segunda División A.

Los jugadores del Elche discuten con el árbitro en un partido contra el Levante (PEPE OLIVARES)

Arranque irregular

El arranque de temporada de los franjiverdes ha sido un tanto irregular, si bien,  teniendo presente que hay nada menos que 15 jugadores nuevos respecto al equipo de la temporada pasada,  que el sorteo deparó un calendario exigente para los de Toril y la mencionada igualdad reinante en la categoría, el Elche mantiene más que intactas sus opciones de terminar la liga celebrando un nuevo ascenso en la Plaça de Baix.

Lo anterior permitiría resolver gran parte de los problemas extradeportivos que aquejan a una institución fundada en 1923, presidida desde hace poco más de medio año por Diego García, y que se declaraba en concurso de acreedores hace un año con una deuda de casi 40 millones de euros y cuya propiedad está en discusión como consecuencia de los impagos de la Fundación del Elche, el Instituto Valenciano de Finanzas iniciaba en septiembre la subasta del derecho de crédito de 16 millones de euros que tiene pignorado el 54,7 por ciento de los títulos del club de la que es titular aquella. Un proceso actualmente interrumpido por una impugnación y que está dirigido a que el fondo de inversión extranjera Skyline International se convierta en el nuevo propietario de la citada mayoría accionarial.

Este grupo británico-saudí ha llegado a un acuerdo con el Consell para inyectar hasta 25 millones de euros en el club, lo que permitiría, entre otras cosas, resolver el concurso de acreedores, pero también cumplir con la exigencia impuesta recientemente por la Comisión Europea de devolver al IVF 4,1 millones de euros en concepto de intereses y comisiones que la Fundación del Elche se ahorró en su momento al recibir un aval en condiciones fuera de mercado y que dio en su momento lugar al citado derecho de crédito. 

Una ayuda de Estado declarada ilegal por Bruselas que también ha salpicado al Hércules «de Enrique Ortiz». Y además, a base de bien: Bruselas ha resuelto que los blanquiazules han de devolver la friolera de 6,9 millones, suma inasumible para un club que afronta su tercera temporada consecutiva en Segunda División B, categoría en la que los ingresos brillan por su ausencia y que, tras entrar en concurso de acreedores en 2011 con una deuda de 59 millones de euros, precisamente trata de renegociar los diferentes convenios suscritos en su momento con los acreedores al no poder cumplir con ellos.

Manuel Illueca, director del IVF (EVA MÁÑEZ) 

Pese a las estrecheces económicas, el Hércules ha confeccionado una plantilla a priori de garantías para conseguir el objetivo del ascenso. Luis García Tevenet (Sevilla, 1974) ha recibido el encargo de entrenar un grupo con nombres ilustres como Chema, Peña, Javi Flores o Chechu y en el que se abren paso también jóvenes valores como Pedro Inglés o Álvaro Salinas.

El entrenador andaluz ya sabe lo que es ascender con un equipo al fútbol profesional. Lo hizo en la 2014/15 con el Huesca en un play off en el que el Hércules, en el otro lado del cuadro, sufrió su primer revés en Cádiz en un partido de vuelta de la segunda eliminatoria marcado por un arbitraje grosero, con penalti en contra inexistente incluido y que perdió por la mínima. Apenas un año después, el conjunto gaditano —que por cierto tenía al hoy entrenador del Hércules como principal objetivo para ocupar el banquillo si no lograba ascender— eliminó a los blanquiazules en la ronda final, tras dos victorias por un gol a cero, la segunda en un Rico Pérez con más de 25.000 espectadores.

Elche y Hércules han optado por dos técnicos con pasado como futbolistas: José Alberto Toril los franjiverdes y Luis García Tevenet los blanquiazules

El formato de competición regular más play off convierte también en «eterna» la competición en Segunda B, algo que la Federación trata de compensar concediendo dos oportunidades al primer clasificado de cada grupo, algo que no es garantía de ascenso pero sí incrementa notablemente las opciones de lograrlo. Esa primera plaza es un año más el primer objetivo de los blanquiazules, lo que supone una presión añadida para un club histórico que cuenta con un estadio más propio de una categoría superior, factores que además se traducen en una motivación especial para sus rivales. 

Puede que por lo anterior o simplemente porque el equipo no funciona como debiera, el Hércules tampoco ha iniciado con buen pie la temporada y ya ve no solo la primera plaza, también los puestos de play off a una distancia significativa, lo que le obligará a protagonizar la enésima remontada si quiere disputarlo y optar a abandonar un auténtico pozo del fútbol español en el que con la actual los blanquiazules han competido ya en trece ocasiones, habiendo necesitado la friolera de cinco temporadas consecutivas en dos períodos distintos para lograr salir de él...