ELCHE. Se rodó en Elche, pero se proyectará por primera vez en Suiza. El Festival Internacional de Cine de Locarno será la premier de Espíritu sagrado, la ópera prima -pero séptima película- del cineasta ilicitano Chema García Ibarra. "Es mi primer largometraje", aclara, "pero antes decidí que llamaría a mis cortometrajes películas, porque la palabra cortometraje me parece poner un escalón por debajo a ciertas películas solo por su duración. Es una forma de dignificar el formato; el lenguaje condiciona", expone. Pero confiesa que le resulta gracioso que Espíritu sagrado sea su primer largometraje, pero su séptima película.
Este estreno a escala mundial se producirá entre el 4 y el 14 de agosto, días en que se celebrará el evento, y lo hará compitiendo dentro de la sección Internacional, pese a que en un principio se iba a incluir en Cineastas del presente, un apartado dedicado a óperas primas. Al preguntarle si el audiovisual está preparado para dar el salto internacional y ser entendido en todos los rincones del globo, García Ibarra responde que sus cortometrajes siempre han sido "muy locales y se han visto y entendido sin ningún problema. No hay innovaciones en ese aspecto, así que va a ser igual de bien o mal entendido que el resto de mis cortos".
Aunque el cineasta asegura no innovar, en realidad sus obras sí presentan particularidades que las encajan dentro del cine de autor. Como distintivos, tres claves: trabajar con actores no profesionales, "lo que da una cierta frescura"; en territorios que conoce y habita, "con la perspectiva de ciudad del levante español", y presentar los géneros desdibujados, sin definir si se trata de comedia o tragedia, por ejemplo. "Esa seguridad de género a mí no me gusta; hay veces que se supone que tiene que ser un drama, pero te estás riendo. Ese es el tipo de cine que hago", resume.