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entrevista a la gerente del hospital marina baixa

Cereceda: "Las restricciones a la movilidad son buenas, si no estamos vivos, no hay economía

  • Foto: RAFA MOLINA.

LA VILA JOIOSA. Rosa Louis Cereceda dirige uno de los departamentos de salud de la Comunitat Valenciana más complicados: la Marina Baixa. Con un hospital que no responde a la demanda de la población actual y la flotante debido a la gran influencia del turismo en la comarca, ha tenido que hacer frente a uno de los episodios más complicados de la sanidad española, la pandemia por la covid-19. Cereceda, licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Alicante, se muestra cauta sobre el escenario actual por el aumento de casos de los últimos días.

- ¿Cómo está la situación ahora mismo en Benidorm y la comarca?

La comarca está empeorando. La verdad es que el principio de verano fue muy bueno. A mitad de julio empezaron a aumentar los casos y en agosto fueron subiendo. El Consell tomó medidas, como cerrar las discotecas, y se notó porque fueron disminuyendo. A principios de octubre estábamos genial. Teníamos un porcentaje de PCR positivas inferior al 2%. Y ayer –por el jueves– ya estábamos en un porcentaje superior al 10%. 

- ¿Se está notando en el hospital?

En el hospital estamos bien todavía, pero entre comillas. En planta tenemos a cinco personas, que es poco, eso se lleva muy bien. Pero en UCI tenemos cinco ingresados y eso es mucho porque su capacidad es de 12 camas. Aunque hemos hecho obras para tener la posibilidad de adaptarnos a tiempos peores y ampliar camas. En principio, cinco pacientes en UCI para nosotros empieza a ser preocupante. Ha sido un cambio a lo largo del mes, en tres semanas. Yo entiendo que probablemente estamos viendo también los efectos del puente. Hemos pasado de una situación magnífica a principios de octubre a una situación preocupante que tenemos ahora. De momento tenemos la infección controlada. Somos capaces de identificar contactos y de estudiar posibles positivos. Pero claro, en el momento en el que empiece la transmisión comunitaria, esto será imposible. Todavía no ha empezado, pero estamos en un filo, digamos.

- ¿Cómo recuerda el inicio de la pandemia?

La primera parte de la pandemia en esta comarca fue un auténtico infierno. El 10 de marzo ingresó el primer positivo, el día 11 el segundo y el día 21 o 22 de marzo teníamos a más de 100 personas ingresadas en planta y toda la UCI llena, con 12 pacientes con covid más 40 que habíamos mandado fuera, más seis pacientes de UCI que los metimos en quirófano y otros departamentos. Fue horroroso. 

"Teníamos una ventaja, la gente dejó de acudir al hospital porque tenía miedo a contagiarse"

Teníamos una ventaja, la gente dejó de acudir al hospital porque tenía miedo a contagiarse, se suspendió toda la actividad programada y pudimos asumirlo con un esfuerzo tremendo de todos los profesionales, y con el apoyo de las dos clínicas privadas de Benidorm, que sin ellas no hubiéramos podido aguantar. También enviamos personas a todos los hospitales públicos. Fue realmente muy complicado.

- ¿Están preparados para una segunda ola?

Durante estos meses de verano, desde que acabamos el confinamiento, hemos estado trabajando y adaptándonos un poco a posibles nuevas oleadas. Pensando que iban a venir. Ahora mismo tenemos más capacidad de hospitalización en UCI, tenemos las Urgencias desdobladas. En el primer momento nos tocó ocupar el gimnasio de rehabilitación para lo cual tuvimos que desplazar el Hospital de Día porque están muy juntos. No podíamos poner Urgencias en Rehabilitación manteniendo el Hospital de Día oncológico, con lo cual nos tocó mandar a éste a un centro privado. Esto supuso una disfunción muy grande para los profesionales porque nosotros mandábamos los fármacos, a los farmacéuticos, pero nos dejaban los locales. Aquello fue un lío tremendo y además un gasto para las arcas públicas. 

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