ELCHE. Juan Antonio Moreno-Bravo, del Instituto de Neurociencias UMH-CSIC, ha obtenido una Starting Grant del Consejo Europeo de Investigación, dotada con 1,5 millones de euros en cinco años, por su proyecto “Cerebellar control of Cortical Development (Cercode)”. Gracias a esta financiación de excelencia el doctor Moreno pondrá en marcha su propio laboratorio en el Instituto de Neurociencias para estudiar cómo las alteraciones tempranas en el cerebelo podrían ser responsables de los déficits cognitivos de diversas patologías del neurodesarrollo como los trastornos del espectro autista. Moreno habla con Alicante Plaza sobre lo que supone este reconocimiento a nivel europeo para su proyecto y sobre el talento en ciencia de la provincia o de la infrafinanciación d ela I+D en España.
¿Hasta dónde es posible investigar, a lo largo de cinco años, con un laboratorio propio, en el campo del estudio del cerebelo y el funcionamiento de la corteza cerebral y sus posibles trastornos? ¿Qué supone para este plan la financiación de 1,5 millones de euros por parte de la ERC y su Starting Grant 2020?
Esperamos que estos cinco años permitan consolidar una línea de investigación basada en el estudio de los circuitos cerebelo-corticales. Este proyecto supone una oportunidad única para desarrollar modelos animales donde podamos alterar los circuitos cerebelo-tálamo-corticales y así entender como alteraciones tempranas de estos circuitos pueden derivar en alteraciones corticales.
Se espera que estas anomalías a su vez generen alteraciones comportamentales que pueden estar asociadas a patologías del neurodesarrollo, tales como los trastornos del espectro autista. Esperamos poder describir los circuitos neuronales que el cerebelo puede influenciar durante el desarrollo y que dan lugar a alteraciones cognitivas presentes en diferentes patologías.
¿Cuánto tiempo lleva trabajando en el proyecto Control del desarrollo cortical por parte del cerebelo (Cercode)?
Durante mi estancia postdoctoral en el laboratorio del doctor Chédotal en París (Francia) trabajé en los mecanismos moleculares esenciales para la formación de los circuitos que conectan los dos hemisferios del cerebro. Al mutar en el cerebelo una de las moléculas clave para estos procesos, Netrina 1, encontramos que esos ratones modelo presentaban síntomas y comportamientos relacionados con los trastornos del espectro autista (movimientos repetitivos, aislamiento social…)
Esto me llevó a investigar sobre cómo el cerebelo podría estar controlando estos comportamientos, que están generalmente asociados a la corteza cerebral. No existe una conexión directa entre el cerebelo y la corteza cerebral, sino que se conectan a través de una estructura denominada tálamo. Esta región recibe la información del cerebelo y la transmite a las diferentes áreas de la corteza cerebral.
Lo que observamos es que estos animales tenían una conexión anómala entre el cerebelo y el tálamo. Por tanto, era esencial entender cómo se formaba esta conexión durante el desarrollo y las consecuencias de su disfunción.
Con este objetivo, en 2019, me uní al laboratorio de la doctora López-Bendito, una de las mayores expertas en el desarrollo de los circuitos talámicos. Durante este tiempo he estado estudiando cuándo y cómo el cerebelo puede influenciar sobre la región talámica. Todos los datos generados durante estos periodos han servido para establecer la base en la que se sustenta el proyecto Cercode.