El viernes pasado, el Consejo de Administración del Puerto de Alicante adjudicaba a una mercantil el concurso para la construcción de naves cerradas en el recinto portuario para operar en la carga y descarga de graneles sólidos. Una noticia muy importante para el futuro del Puerto de Alicante, e histórica en la relación Puerto-Ciudad.
Había asociaciones vecinales, y ciudadanos/as que llevaban más de 10 años esperando una noticia así, y es justo reconocer su labor de denuncia y movilización constante en este tema para situarlo en la agenda pública de la ciudad, apoyada con diversos matices por determinados partidos políticos u otros actores sociales.
Tocaba actuar desde la política y las instituciones después de demasiados años con una actividad alegal, que generaba una fuerte controversia social – aumentada por la construcción de un colegio en las inmediaciones del Puerto- y donde las administraciones públicas gobernadas por el PP miraban hacia otro lado, haciendo como en tantos otros temas absoluta dejación de funciones. Ante esto los gobiernos del cambio salidos de las urnas en mayo de 2015, especialmente el Govern del Botànic, tenían la obligación de abordar este problema de la ciudad que condicionaba, hasta convertirlo en un auténtico incendio cívico, la relación Puerto-Ciudad.
No era fácil, entre otras cosas porque el diálogo entre las diferentes que tenían intereses legítimos en esta materia estaba completamente roto y la dicotomía a romper sobre este tema era la elección entre salud o trabajo. Una dicotomía que no nos llevaba a ningún sitio, porque con la salud no se juega, pero que había que llevarla al terreno de las mediciones objetivas y la búsqueda de soluciones de futuro.
En Compromís, tanto en el ámbito de la ciudad de Alacant, como dentro de nuestras responsabilidades en el Govern del Botànic, teníamos claro que había que conseguir una solución a este tema. No podíamos permitir que siguiese encallado mientras proseguían las molestias y malestar de la ciudadanía de los barrios próximos al Puerto, o la inseguridad jurídica de los trabajadores y empresas portuarias.
Y en este marco de referencia, hubo una reunión en la ciudad de València, hace ya más de dos años, después de conversaciones y contactos previos, entre la Autoridad Portuaria de Alacant y la Conselleria de Medi Ambient, y donde yo participe como he hecho a lo largo de todo el proceso como una especie de enlace entre las partes que ayudara a que las cosas fueran avanzando.

Las conclusiones de esa reunión fueron claras y han marcado la hoja de ruta de los dos años siguientes:
1-. Esta actividad portuaria no podía seguir en el ámbito de la alegalidad. Tenía que tener una cobertura normativa que marcara en que condiciones se podía desarrollar en el corto, medio y largo plazo.
2-. Para situar el debate en términos objetivos en relación a la calidad del aire y la posible afección a la salud de las partículas pulverulentas, había que aumentar la recolección de datos y poderlos estudiar en un espacio de tiempo suficiente para poder establecer conclusiones razonables. Se trataba, en definitiva, saber si esta actividad que es contaminante (como otras muchas que se realizan en el día a día de una ciudad) cumplía con la normativa de calidad del aire y de forma específica con el Pla de Qualitat de l’Aire de l’Alacantí. Saber si estaban las emisiones a la atmósfera dentro o fuera de los límites marcados por la ley.
3-. Más allá del resultado de las mediciones, o de las medidas correctoras que se le obligaba al Puerto a poner en marcha, cosa que concluyo en agosto de 2017, el horizonte de futuro para garantizar la viabilidad de esta actividad económica vital para el equilibrio económico y competitividad del Puerto, su futuro tenía que estar ligado a que se realizase en óptimas condiciones ambientales. Es decir, en naves cerradas. Ese era el horizonte de futuro en cualquier circunstancia para garantizar la continuidad de la actividad. Y en eso había consenso entre la Conselleria y la Autoridad Portuaria. Esa era la meta en la que teníamos que ponernos a trabajar.
Y eso hemos hecho en estos tres años. Con discreción, con mucha discreción, y resolviendo los problemas, crisis y contratiempos que ha habido. Momentos complicados que se han podido superar desde la firme voluntad de caminar hacia la meta marcada. Cometiendo algún error, pero sin cerrar nunca la ventana del diálogo y la colaboración institucional leal. Poniendo responsabilidad ya que éramos conscientes que conseguir buenas soluciones era muy importante para hacer una mejor ciudad. Seguramente este proceso ha sido el inverso al globo sonda del proyecto de Zona Franca que como el Guadiana aparece y desaparece, por voluntad del PP alicantino.
Y el pasado viernes dimos un paso decisivo, casi definitivo para que esta actividad se pueda a empezar a desarrollar en naves cerradas en un futuro cercano, y que las obras para construir las naves se inicien en el año 2019. Eso es bueno para la ciudad y también representa un horizonte de estabilidad para el Puerto, donde además se tiene que valorar que un grupo empresarial de la envergadura del que se ha presentado al concurso empiece a operar en el recinto portuario. Una noticia importante también para el tejido productivo alicantino, por lo que puede representar para el futuro esta penetración empresarial.
Un paso del que me siento muy orgulloso por haber podido participar en primera línea en su gestación. No toca personalizar, pero esto no habría salido adelante sin el compromiso personal de las personas que están o han estado al frente y en puestos de responsabilidad en la Autoridad Portuaria y la Conselleria de Medi Ambient en estos dos largos años de un proceso donde, como no podía ser de otra manera por la transcendencia del mismo, el President y la Vicepresidenta del Govern del Botànic también iban conociendo sus avances, así como otros Consellers o representantes del Ajuntament d’Alacant.
¿Y ahora qué? A seguir trabajando, y ya hemos mantenido esta misma semana un encuentro en ese sentido. A vigilar que se van dando todos los pasos administrativos necesarios, sin que se demoren en exceso los trámites, para poder acelerar en el año 2019 todo lo que se pueda el inicio de las obras. Hay que seguir avanzando para apagar un incendio que ha durado demasiado tiempo en esta ciudad. Ha llegado el momento de las soluciones, de las soluciones óptimas que son aquellas que sin ser perfectas si que están al servicio del interés general y nos ayudan a tener una mejor ciudad para el presente y el futuro.
Natxo Bellido.
Portavoz municipal de Compromís y miembro del Consejo de Administración del Puerto.