CASTELLÓ. La revista Elle llegó a considerarla como una de las doce mujeres que están cambiando el mundo. La citan como feminista, pero sobre todo, como una de las mayores voces de la diáspora africana. Minna Salami es escritora y también bloguera. De hecho fue a través de su blog MsAfropolitan que consiguió dar cobertura, como pocas veces ha ocurrido, al discurso africano. Y es que sus reflexiones en torno al empoderamiento o el patriarcado, no se entienden sin la vinculación que la autora hace con la descolonización, la negritud o el racismo, logrando así una dimensión mayor en todo lo que cuenta. "Todas las formas de opresión se alimentan las unas de las otras y se refuerzan. No puedes erradicar una sin erradicarlas todas (el sexismo, el clasismo, la homofobia)", recuerda.
Minna Salami busca situar al llamado 'feminismo negro' en el centro de la lucha, para que este sea el prisma a través del cual poder mirar y cambiar el mundo. Así lo explica en su primer libro -recientemente traducido al catalán- L’altra banda de la muntanya. Com veuries el món si no te l’expliqués un home blanc europeu. La escritora propone algo tan complejo, y a la vez tan apasionante y urgente, como adquirir una nueva manera de mirar el mundo. Centrada, en su opinión, en las mujeres y desde África, por la doble lucha que, por su posición, les ha tocado a estas mujeres vivir. Tras pasar por la Plaça de Llibre de Castelló, Minna Salami responde a Castellón Plaza, sobre todas estas cuestiones planteadas en sus ensayos.
-Haciendo un guiño al subtítulo del libro, ¿Cómo veríamos el mundo si no nos lo hubiera explicado un hombre banco europeo?
-A lo largo de la historia, la forma en la que hemos visto el mundo ha sido marcada por los hombres blancos, que son quienes han dado forma a ese conocimiento. Algunas veces las ideas de esos hombres han sido buenas, pero muchas otras han sido violentas o han ido en detrimento de ciertos colectivos y eso no nos ha permitido acceder a una verdad global. Cuando me propuse escribir este libro tuve curiosidad por ver qué pasaría si revisáramos los grandes conceptos que estos hombres nos han transmitido y pusiéramos en su lugar las ideas y experiencias de las mujeres africanas. Lo que me encontré fue que, efectivamente, el mundo sería muy diferente y, desde un punto de vista feminista, liberador.
-¿Está abriéndose poco a poco alguna grieta en esta visión tan opaca del mundo?
-Sí, especialmente en los dos últimos años, porque durante la pandemia la gente se ha empezado a dar cuenta de que todo está interconectado. Es decir, en realidad son los mismos sistemas los que oprimen a las mujeres, como a las personas de otras razas o el medio ambiente. Todas parten de un mismo origen. Y durante la pandemia, los trabajadores esenciales, como la gente que limpia las calles, los médicos o los enfermeros, vieron que estaban más expuestos a la covid, lo cual no deja de ser otra forma de discriminación. El feminismo negro dice que todas las opresiones parten de un mismo punto. Por eso, esta situación abrió una ventana a hablar de estos temas.