CASTELLÓ. Marta Macián ha publicado su primer libro, Aviones de Papel (Ediciones Intrépidas). Esta joven de Castelló, que lleva años escribiendo, ya cuenta con premios literarios, en 2021 ganó el Premi Sambori de la Plana Alta, o Castelló Negre en 2022; algo que la impulsó a publicar su primera novela. Hemos hablado con ella sobre la creación de Aviones de Papel, su publicación, la literatura juvenil y sus próximos proyectos.
-Aviones de Papel es su primer libro, escrito durante el confinamiento. ¿Cómo decidió escribir el libro? ¿fue difícil concentrarse en la planificación y escritura de Aviones de Papel con la situación que se estaba viviendo?
-Pues... realmente siempre me ha atraído el hecho de lanzarme a escribir una novela, pero, al tomarme mis estudios muy en serio, no encontraba el momento para sentarme y decidirme a escribir con ese fin.
Siempre había realizado relatos, poesías o incluso cuentos infantiles porque me resultaba mucho más sencillo encontrar un momento en el día, pero, claro, una novela no es tan sencillo, requiere de mucho esfuerzo y dedicación... Por eso, siempre lo diré, para lograr un buen resultado, hay que disponer de un periodo largo de tiempo para que no haya interrupciones ni cortes sin sentido. Por lo que, en cuarentena, sentí que era el momento, que la vida por fin me otorgaba todo ese tiempo que llevaba buscando tantos años.
Siendo totalmente sincera, no me costó adaptarme al hecho de estar en casa sin salir, así que me planifiqué de la siguiente forma: los lunes y martes hacía todas las tareas y deberes pendientes que me iban mandando del instituto, y el resto de días, los dediqué plenamente a la producción de mi novela; al principio a la documentación, luego a la fase de creación y por último a la corrección y los remates finales como la portada, sinopsis... También a la lectura, que me ayudó como vía de escape a salir por unos instantes de ese mundo que había creado en mi cabeza.
-Una primera novela siempre es un trabajo complicado; la planificación de la trama y subtramas, encontrar su propia voz. ¿Cómo fue el proceso de creación del libro? ¿le costó mucho encontrar su camino literario?
-Pues mentiría si digo que fue todo sobre ruedas. Yo la idea sí que la tenía bastante clara desde el principio, sobre todo, los personajes; pero, aun así, debo admitir que sí que tuve algún que otro bloqueo del cual no sabía por dónde tirar. Eso sí, superé esos "baches", con los que cogí aún más fuerza para darle forma a mi historia.
Utilicé muchísimo la herramienta del Google Earth para recorrer las calles de Nueva York. Esta fue vital para la ambientación. Poco a poco, fui aprendiendo y me di cuenta de tenía que medir mis palabras y cada detalle para no llegar a cometer posibles errores en los siguientes capítulos. Siempre pongo el mismo ejemplo, pero si en el capítulo ocho digo que un personaje es vegano, el lector no puede llegar al capítulo cuarenta y cinco y hallar al personaje en un asador comiéndose un chuletón.
La verdad es que disfruté mucho del camino. Me encantaron esos momentos de escribir sin parar en los que mis dedos eran incapaces de teclear todo lo que mi mente reproducía. Recuerdo esa fase con mucho cariño. Eso sí, la corrección está muy infravalorada porque la gente no sabe todo lo que hay detrás, y dan por hecho que con tan sólo escribir e imprimir ya está hecho todo el trabajo. Cabe recalcar que, cuando pones punto final en tu manuscrito, no sale el mes siguiente en la librería. No es así, al menos, no en mi caso. Porque al ser mi primera novela, me quise empapar de todos esos errores para crecer y aprender. Así que, pasé muchas horas revisando con la ayuda de mi correctora y también por mi cuenta.
No lo disfruté tanto como el proceso creativo, pero sí que aprendí muchísimo. Me alegro de haberlo hecho así. Esa experiencia me ayudó muchísimo para encontrarme y confirmar que lo de escribir me apasiona. Eso sí, claramente ha habido una evolución desde que la escribí. Es normal, sé que siempre la habrá.
-Has cosechado varios premios literarios como el Premi Sambori de la Plana Alta, ¿qué crees que aportan los premios? ¿en parte fueron los premios los que le empujaron a escribir y publicar su primera novela?
-Pues principalmente conocimiento y mucha fuerza para seguir escribiendo, que realmente es lo que más me gusta. Aun así, lo que hizo que me lanzara y escribiese una novela no fueron los premios, esa idea ya llevaba rondando mucho tiempo en mi cabeza. Para mí, para que naciera Aviones de Papel, se tuvieron que dar un cúmulo de coincidencias.
El hecho de tener tanto tiempo debido a la cuarentena y haber ganado un premio a nivel comunidad autónoma, por aquel entonces, bastante reciente, fue lo que hizo ponerme manos a la obra y tomármelo más en serio de lo que había pensado en un principio. Porque que elijan tu relato entre otros muchos es, al menos para mí, un subidón y muy gratificante.
-¿De qué premio se sientes más orgullosa?
-Pues no sabría con cual quedarme… Si te soy sincera cada uno me aportó lecciones distintas. El primero, fue muy especial, claro está, pero, además, porque fue un acto precioso y que no olvidaré jamás. Asimismo, era a nivel de Comunidad Valenciana, lo cual me enorgullece bastante.
El segundo premio me demostró que también puedo escribir en valenciano. Nunca me había animado con esta lengua anteriormente y me sorprendió que saliera finalista. Aunque sí es verdad que la historia me gustaba bastante.
Y, finalmente, Castelló Negre 2022, que tampoco lo esperaba, más que nada, porque jamás me había decantado por escribir género negro. Disfruté bastante con el relato, confié en mi historia y, al siguiente día de volver del viaje de fin de curso, me comunicaron que había salido premiada. ¡Menudo regalo!
-He leído que lleva asistiendo varios años a un taller de escritura, ¿crees que es importante formarse? ¿crees que la formación maximiza su talento y su capacidad creativa? ¿lo recomienda?
-Considero que sí, aunque encontrar talleres para menores de edad sea una labor difícil. Yo siempre les había insistido a mis padres en apuntarme a talleres de escritura, al igual que un niño/a de mi edad pedía ir a futbol, baile... Yo quería asistir a clases para mejorar mi escritura, pero no existían para mi edad, y, mucho menos, en Castellón. Mi madre, buscando y buscando por muchas horas dio con los talleres en los que, a día de hoy, llevo cuatro años. Y desde entonces, he mejorado muchísimo.
Pienso que estos talleres sobre todo perfeccionan la técnica. Porque yo soy defensora de que la imaginación se tiene o no. Lo que sí pueden hacer, es ayudar a que cada uno encuentre la manera en la que contar esa historia que tanto tiempo ha permanecido guardada en su interior.
La formación es muy importante, ya que debes de conocer el uso de la lengua, las comillas, cursivas, diálogos... para escribir adecuadamente. Y no solo la técnica en sí, hay mucho más. Yo lo recomiendo a todo aquel que le guste escribir porque los talleres te proponen situaciones, palabras, géneros que debes incluir en los relatos. Esto hará que pienses más de la cuenta, y sin darte cuenta, avanzarás muchísimo.
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