ALICANTE (EFE).  Las mujeres rusas y de otros países exsoviéticos que viven en España pretenden dejar atrás el tópico de que, mayoritariamente, son "amas de casa que viven del marido" ya que en realidad son personas formadas con carrera universitaria y con vocación de emprender nuevos retos profesionales.

Cuatrocientas de estas mujeres procedentes de toda España participan hoy en el I Encuentro Nacional de Mujeres de Habla Rusa, que se celebra en Alicante, capital de la turística Costa Blanca, zona geográfica donde más mujeres rusoparlantes hay censadas en el país.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) a enero de 2014, en España residen 224.000 personas de Rusia, Ucrania y otras exrepúblicas de la URSS, principalmente en la Comunitat Valenciana, Cataluña, Andalucía y Madrid.

Una de las organizadoras de este cónclave, Lidia Bogomolova, procedente de Siberia, ha relatado a Efe que, lejos del tópico de que la rusa se dedica únicamente al ámbito doméstico, la realidad es que se trata de una mujer "con estudios superiores, que aprende el idioma castellano, que cursa una carrera o un máster en España y que sigue su carrera profesional y emprende negocios" en el país.

Ha explicado que en España hay varios colectivos que agrupan a rusos y a ciudadanos de países exsoviéticos pero ninguna asociación únicamente y exclusivamente formada y dirigida a las mujeres.

Por ello, este primer encuentro para mujeres de habla rusa, que tiene vocación de continuidad para celebrarse cada marzo y septiembre, se traducirá en la próxima constitución de una asociación que, con el título 'Matrëshka' y sede nacional en la ciudad de Alicante, agrupe a este colectivo exclusivamente femenino.

El I Encuentro se celebra el 8 de marzo porque en Rusia y en sus antiguos países satélites se celebra el día internacional de la mujer de una forma "especial", en muchos de ellos como festivo nacional. Las promotoras de 'Matrëshka' habían abierto un grupo en una página en la red social Facebook para fomentar el intercambio de experiencias e inquietudes entre las mujeres de estos países, y han decidido dar el paso para constituirse en asociación al multiplicarse en los últimos tiempos el número de inscritas en dicho perfil, al pasar de 12.000 a más de 20.000 en los últimos seis meses.

Según Bogomolova, las mujeres de estos países "se abren más y cuentan sus verdaderos problemas cuando saben que entre sus interlocutores no hay hombres", por lo cual se hace necesaria una asociación específica que las atienda.

Entre las cuestiones que más les inquietan están las dificultades para su integración y las de sus hijos en España, los riesgos de acoso escolar, episodios de violencia machista y trámites de documentación.

El perfil de la rusoparlante en España responde al de una mujer de entre 30 y 45 años, con estudios superiores, casada con dos hijos de media y que reside en la costa mediterránea. Según Bogomolova, "pese a la caída del rublo y a las sanciones internacionales a Rusia, las empresas españolas siguen apostando por el mercado ruso tanto en el ámbito turístico con en negocios de todo tipo".