ALICANTE. El sector de la promoción inmobiliaria sigue arrojando cifras de crecimiento en la provincia de Alicante a cierre de 2023. La última de ellas, constata un incremento del 7,76% en el número de viviendas previstas en proyectos visados, según las estadísticas registradas por el Colegio Territorial de Arquitectos de Alicante (CTAA). En concreto, en esos proyectos se contemplaría la promoción de 16.832 pisos. Es decir, 1.213 más de las planificadas en las actuaciones visadas en el año precedente.
El dato viene a consolidar la tendencia al alza que comenzó a percibirse a partir de 2021, cuando se alcanzó el nivel más bajo del último lustro. Según las estadísticas del CTAA, en ese ejercicio (el de 2021), se tramitaron iniciativas para la construcción de 12.410 viviendas como consecuencia de la ralentización de la actividad que supuso el estallido de la crisis de la covid-19. Esa cifra fue inferior a la contabilizada en 2020 -con proyectos gestados en 2019- cuando la entidad colegial anotó visados para levantar 14.229 viviendas.
El bache comenzó a remontarse en 2022, una vez superadas las consecuencias económicas de las oleadas iniciales de la pandemia, con un incremento del 25,85% en el número de nuevos pisos a construir. Y esa evolución ascendente se habría mantenido a lo largo de 2023.
Sin embargo, los números todavía quedarían a cierta distancia de los años previos al coronavirus, con 2019 como periodo destacado. Entonces, se validaron proyectos para 29.421 viviendas, según los registros del CTAA. Esa cifra supuso todo un despegue con un incremento del 58,83% respecto a la del ejercicio precedente (2018), cuando se anotaron visados para 18.523 pisos.
Aumento del 10% en superficie
La diferencia respecto al balance de 2019 no empañaría que se siga manteniendo el ritmo expansivo a pesar de otras cuatro circunstancias sobrevenidas una vez superada la crisis sanitaria del coronavirus: la crisis energética propiciada por la guerra de Ucrania, el consiguiente incremento de los precios de los materiales, la escalada inflacionista y la subida de los tipos de interés que ha encarecido las hipotecas y, por tanto, ha frenado la intensidad en la demanda de vivienda.