ALICANTE. Un verano más ondea en la cala del Moraig la bandera azul. La Fundación para la Educación Ambiental reconoce desde 2015 la calidad de las aguas y los excelentes servicios de esta playa de cantos rodados del Poble Nou de Benitatxell. Pocos enclaves litorales ofrecen tantísimas posibilidades. Atrae a familias y a turistas seducidos por la belleza de los acantilados y de las calas recoletas. El servicio de socorrismo y de enfermería —el Moraig es una de las pocas calas que cuenta con enfermera—, que presta el SVS, garantiza la seguridad de los bañistas, que solo deben preocuparse de relajarse y olvidarse del mundo. Aquí, rodeados de acantilados y con esa paz que proporciona el mar, es fácil aislarse de los problemas del día a día.
El Moraig muestra con orgullo sus maravillas geológicas. Al norte, se alza el imponente Morro Falquí. El topónimo alude a los halcones que anidaron en los acantilados. Al sur, la Cova dels Arcs y la falla del Moraig o del Riu Blanc revelan la fuerza de la tectónica. La falla corta rocas del Cretácico —tienen ciento diez millones de años— y del Eoceno —treinta y cinco millones—. La naturaleza ha esculpido con paciencia este litoral de enorme belleza. La Cova dels Arcs se abre en un gran arco al mar y los rayos del sol entran por una claraboya natural. Aquí el agua adquiere tonalidades cambiantes y sorprendentes. Los aficionados al snorkel disfrutan de los excepcionales fondos marinos. Esta cueva también es la entrada a un mundo desconocido, el de la gruta sumergida de la Cova del Riu Blanc. Expertos espeleólogos submarinistas han explorado unos dos kilómetros.