AlicantePlaza

en la frontera

Judeofobia

  • Una mujer en bikini en el Muro de las Lamentaciones.
Suscríbe al canal de whatsapp

Suscríbete al canal de Whatsapp

Siempre al día de las últimas noticias

Suscríbe nuestro newsletter

Suscríbete nuestro newsletter

Siempre al día de las últimas noticias

Los excesos son buenos en determinadas ocasiones, siempre y cuando siente bien al cuerpo y a la mente. Y que no estorben a nadie. Hablo de los excesos personales, claro. Quien esté libre de culpa que tire la primera piedra. La alcaldesa de Barcelona Ada Colau es una defensora a ultranza de los derechos del pueblo palestino y se arroga casi en exclusiva todo el protagonismo. Yo también defiendo la creación de un Estado Palestino, con capital en Jerusalén Este, tal y como se gestó tímidamente (muy) en los Acuerdos de Oslo ratificados luego en la Casa Blanca, 1993, con el apretón de manos histórico de Arafat, Rabin, y Clinton cogiendo a ambos por el hombro. Palestinos: parias de la tierra. Leo con estupor que son los que peor lo están pasando tras el terremoto de Siria, hacinados como están en campos de refugiados próximos a Aleppo.

Colau. De un plumazo, y sin consenso alguno, rompe el acuerdo de hermanamiento de Barcelona con Tel-Avic, 25 años, en protesta por la Palestina ocupada y humillada, exhausta. Y rompe de paso con todo Israel. Justo cuando los hermanamientos están para eso: para estrechar lazos culturales y debatir ideas. Se cree la doña que así combate el "imperialismo judío" confundiendo, que ya son ganas, a las élites del país, con un aumento alarmante de la derecha ultra-religiosa, con todos sus ciudadanos donde hay una infinita gama de matices y de colores. Confusión muy habitual en Cataluña, acostumbrados como están a vetar a equipos deportivos de Israel. Hay que hilar fino, reclamar a las potencias, especialmente a EE.UU y a La Unión Europea (medio potencia) para que Netanyahu, corrupto, entre en razones y frene en seco, por ejemplo, las políticas de nuevos asentamientos en Cisjordania. O la paulatina merma de derechos de los ciudadanos árabes/israelíes (unos 600.000). La alcaldesa de la ciudad condal, que afortunadamente no es ministra de Exteriores, ha quedado como una "demonia judeófoba" ante la mayor parte de la opinión pública y publicada.

Leo en una red social la diatriba de la activista marroquí Betty Lachgar, feminista y defensora de las minoría sexuales, contra el desalojo de una mujer del Muro de las Lamentaciones. Iba en biquini, Y mezcla el tema con las medidas, misóginas y homófobas, que quiere imponer el partido ultra-religioso Shas (sefardí, ¡ay¡), miembro de la coalición gubernamental. Todo ello para llegar a la conclusión de que todas las religiones son misóginas, Le matizo en un post: "Algunas religiones son más misóginas o se han estancado más. A mí no se me ocurriría ir en bañador al Muro, por pura lógica. Ni al Muro, ni a una mezquita, ni a una iglesia". Iba a poner tanga, pero me corté. Me responde en mayúsculas: NO ¡TODAS! Y añade el hashtag #mansplaining: me acusa de androcentrismo. Diálogo de besugos, como casi todos los que se dan en las redes sociales. Me dieron ganas de replicarle una boutade: "Pues nada, preséntate en biquini en La Meca". No lo hice, obviamente. Hubiera entrado en su juego-trampa. Bajo la dictadura de lo políticamente correcto, uno no sabe ya ni lo que decir o escribir. Perniciosa dictadura.

El director de Casa Mediterráneo, Andrés Perelló. Foto: EFE/Morell

Justo un mes antes de la explosión de la pandemia cené con Betty, y con el periodista Ali Rmrabet (una de las grandes bichas de Rabattras una conferencia en Casa del Mediterráneo dentro de los encuentros, magníficos, que coordinaba la periodista Sonia Marco, y que Andrés Perelló se cargó de un plumazo sin mediar ningún tipo de explicación. Me pareció una mujer muy valiente y muy lúcida: una gran denunciadora del poco respeto que hay en Marruecos por los derechos humanos y de los estragos que producen las lecturas más restrictivas de la religión. (Perelló cree, allá él, que Casa Mediterráneo está solo para codearse en fino y organizar cumbres internacionales). A lo que iba: los calentones de las redes sociales no hay quien los frene: comunicación exprés para tiempos de histeria.

Isabel Díaz Ayuso viaja a Israel: Ya de regreso alguien le adjudica un twitter reivindicando Madrid como espacio de tolerancia y convivencia, con el siguiente matiz: "Madrid es un lugar cada vez más reconocido y de acogida, seas judío o una persona normal". Me tiro más de una hora buceando en la cuenta del PP Comunidad de Madrid y no encuentro ni rastro de la frase de marras. Insisto. Y nada. Persisto. Busco a ver si el número tres del PP, Elías Bendodo, sefardí, ha reaccionado ante tamaña barbaridad, "seas judío o una persona normal". Nada de nada. Una fake news como la copa de un pino. Hasta el moño que estoy, estimada Betty. Y eso que no tengo moño.

Recibe toda la actualidad
Alicante Plaza

Recibe toda la actualidad de Alicante Plaza en tu correo