El mazonismo ha muerto. Ha nacido Carlos Mazón Guixot. Ha llegado la hora de la verdad. Un servidor declara finalizada oficialmente la millonaria, abrumadora y triunfante campaña por tierra, mar y aire de su excelsa y pomposa coronación. A partir de ahora sólo sus actos, silencios e inteligencia le llevarán al fracaso o al éxito aupando -con permiso de Santiago Abascal- al PPCV a presidir el Palau de la Generalitat Valenciana. Jim Morrison. Es la hora de la determinación, de soltar lastre -ai mare- y de la valentía. Y tener algún proyecto para nuestra gente. Suerte, y al toro. Por cierto, Enrique Ponce y Pablo Iglesias se han -o les, según versiones- cortado la coleta. Detienen a José Luis Moreno y despiden por las bravas de las mañanas de RTVE a Mónica López. Se publica que Ana María Botín quiere comprar El Mundo y el ABC. José Sacristán es distinguido con el Premio Nacional de Cinematografía. En el año Berlanga.
Carlos Mazón ha sido entronizado en tres horas y pico. En plena operación salida estampida Tirisiti cine de verano y ola de calor canadiense. Y repunte acojonativo juvenil del coronavirus. Haciendo cuentas, un servidor cree que ha hablado más tiempo en su vida con el nuevo líder del PPCV que el que han tardado en entronizarle. En El País Valencià somos agua de manadas de ballenas y delfines. Y definitivamente ya, pero ya, terreno Pablo Casado. Estaría bien, vamos, no estaría mal, ser territorio Alberto Núñez Feijóo. Pero para nada espacio Villarejo&Rajoy, Cospedal y Soraya de Santamaría. O muchísimo peor zona Ayuso. La verdadera lideresa y el señor Aznar tienen otra concepción de la libertad, del sentimiento erótico y trágico del saqueo, de la vida mas salvaje al otro lado del río. Como el nuevo nómada anticatalanista- aún no ha batido a Rafael Blasco- el Oficinista del Español P.J. Toni Cantó. Lou Reed. Agua del Tajo para el club cannábico, esa nube cósmica solitaria que es Madrid y traca per als valencians que fan riure. En el aniversario del accidente del metro -Juan Cotino intentado comprar voluntades casa por casa- no ha salido un congresillo exprés del todo clandestino sin Camps, Benedicto equis palito palito ni Zaplana, pero casi. Isabel Bonig, a la que no han dejado despedirse, tiene una entrevista -o una miniserie- del copón bendito. La vaca Marisol embolada pegándole fuego al bosque envenenado. Amén.