Miley Cyrus sigue persiguiéndome colgada de la barra o de su bola gigante cantando ‘Flowers’. Una semana después, aquí está un servidor nadando en el agua congelada de la Inteligencia Artificial. Entre en los murales de Casa de los Vettii de Pompeya, hirientes de pura belleza. Intentando descifrar el dialecto gestual de la ministra de la cosa Teresa Ribera. El enigmático narcicismo de la señora Díaz Ayuso. Y el misterio de quién es la costurera de Doña Letizia Ortiz Rocasolano, de la princesa Leonor y la infanta Sofía. Total, que como dirían Bárbara Rey, Emily Ratajkowski o escribirían Joan Borja, Carles Cortés o Joan Fuster, vivo sin vivir en mí. Como Teresa de Jesús. Amén.
Una semana sin dormir. Esta noche, ai mare! vuelve Eduardo Zaplana. Contra Gonzo en ‘Salvados’. Siguiendo la senda emprendida por Mónica Oltra pero a lo Frank Sinatra. Cantando ‘My Way’. O algo de Julio Iglesias. Bueno, la verdad es que Z le ha dado una entrevista en plan avance y para contentar al flanco de la ultraderecha o derecha extrema que me salgo de la pantalla a ‘Okdiario’, el digital de Eduardo Inda. Eduardo, , los 2 Edus, siempre repartiendo. No sea que les pase como a Espinosa de los Monteros, futuro Marqués de Valtierra, al que le ha empotrado una querella criminal como una catedral el súper intelectual, presentador y lo que haga falta Federico Jiménez Losantos por lo de Rocío Monasterio. Dios mío líbranos de todo mal.
Zaplana se enfrenta mañana a la apertura de juicio oral por blanqueo y grupo criminal en la Audiencia de Valencia. Se trata de crear el ambiente con entrevistas preventivas. O santísimas predicaciones. Como hizo Francisco Camps Ortiz impartiendo una conferencia exculpatoria bajo el título “La Pena del Telediario en España” en el Casino de Agricultura de Valencia. Con reventón total tres orejas y vuelta al ruedo que ni Rosalía de Vogue cantando por Los Chunguitos ‘Me quedo contigo’. Todo porque también mañana -senyor pirotècnic pot començar la mascletà- empieza su juicio por prevaricación administrativa, fraude a las administraciones públicas y tráfico de influencias en la Audiencia Nacional. Magnífica la crónica política y social del acto de Vicente Climent Gisbert, maestro de periodistas. Imperdible.
Vale, podemos soportar estoicamente la renuncia de Jacinda Ardern, primera ministra de Nueva Zelanda. Aguantar la resaca de la canción contra Piqué y las autoparodias de Shakira imitando el baile de la primera ministra laborista finlandesa Sanna Marin. Toca asimilar que el cáncer y el alzhéimer sean transmisibles, que vuelvan las bolsas de agua caliente, las ratas con parásitos que inoculan la meningitis. Y soportar el resto de ‘deprinoticias’. Podemos pasar que Matteo Messina Denaro, el máximo capo de la Cosa Nostra, tenga en su escondite el poster de Marlon Brando en ‘El Padrino’. Hasta la vuelta de la tiña por el rasurado de nucas y entrepiernas. Todo es superable. Incluso la verdad revelada. Ave María Purísima.
