VALÈNCIA. "Las empresas digitales de la Comunitat Valenciana habíamos trabajado muy poco de forma conjunta". Así lo apunta Paco Gavilán, presidente del nuevo Clúster Digital de la Comunidad Valenciana (CD-CV), un punto de encuentro para las compañías digitales de la autonomía que surge tras años sin un espacio común de representación ante la administración. Según señala el también presidente de Nunsys Group, la ausencia de la tecnología en las mesas sectoriales fue un detonante para decidir la puesta en marcha del clúster. "No tenía sentido que estuvieran todos los sectores y no el nuestro".
La asociación nace con una gobernanza colegiada y una vocación inclusiva, pensada para integrar tanto a grandes empresas como a compañías emergentes y proyectos de base tecnológica. Su misión, según explica Gavilán, es actuar como interlocutor ante las instituciones, facilitar el acceso a ayudas europeas y reforzar la capacidad del sector para atraer talento e inversiones. "Queremos que esta sea la casa común y que todos se aprovechen de la representatividad del clúster", recalca.
La iniciativa está impulsada por Cuatroochenta, Encamina, Lãberit Sistemas, Nunsys Group, One Million Bot y S2GRUPO, junto al Instituto Tecnológico de Informática (ITI) como socio protector y con Sopra Steria como invitado. En el consejo rector, José Manuel Alcayna (Lãberit Sistemas) ejerce como vicepresidente y secretario general. Como vocales han sido designados Francisco Giménez (Encamina), Santiago Gimeno (Cuatroochenta), Laura Olcina (ITI), Andrés Pedreño (One Million Bot) y José Miguel Rosell (S2GRUPO), junto a Raúl Juanes (Sopra Steria) como representante de multinacionales.
- ¿Por qué deciden poner en marcha el Clúster Digital de la Comunidad Valenciana?
- Hace unos años, Alejandro Blasco, que es el decano del Colegio de Ingenieros Informáticos de la Comunitat Valenciana, nos convocaba a una comida en la que todos coincidimos en que era necesario un clúster. No teníamos representatividad en la Comunitat Valenciana ya que, ante las instituciones, no teníamos ningún organismo. Y aunque estábamos de acuerdo, nunca hicimos nada. El segundo germen fue cuando la Generalitat Valenciana empezó a constituir las mesas sectoriales, en las que compartía con cada sector la estrategia del Gobierno. Hubo un día en el que sentaron a todas las mesas sectoriales y no estaba la de tecnología. No tenía sentido que estuvieran todos los sectores y no el nuestro.
Esa misma sensación que tuve yo, la tuvo todo el sector. ¿Cómo puede salir una foto de la economía de la Comunitat Valenciana y no estar la tecnología, cuando en Madrid, en muchas ocasiones, somos los primeros que estamos por nuestro tamaño? A partir de ahí, unos pocos hicimos una cruzada y el resto de compañías se sumaron. Un modelo en el que nos hemos puesto de acuerdo para que sea muy inclusivo y con el objetivo muy franco de aportar valor al sector en la autonomía.
No es un clúster que busque beneficios particulares de las empresas que lo constituimos. Somos las más grandes del sector, pero creemos que podemos aportar mucho valor a las empresas pequeñas y a la economía digital que no está representada. Creemos que hay un ecosistema de empresas en el que la componente tecnológica es decisiva, aunque se dediquen a otra cosa. Ese tipo de compañías que vayan madurando e incluso las startups, queremos que tengan un lugar de acogida y que este clúster las represente.

- ¿Con qué misión se puso en marcha el clúster?
- Por un lado, alianza estratégica, porque juntos tenemos más fuerza. También representatividad con los gobiernos nacional y autonómico y con la Comisión Europea. Que tengamos una voz para expresar lo que necesita el sector. Hay cuestiones que son importantísimas, como la formación o la FP dual. ¿Quién habla con el Gobierno de todas esas cosas si no podemos ser nosotros? También, queremos que la gente con talento se quede aquí. Que proyectos tractores se vengan a la Comunitat Valenciana. Vamos a ser egoístas en que se queden los mejores, vengan los mejores y haya inversión y proyectos en la Comunitat Valenciana.
- ¿Por qué no se sienten representados por otras asociaciones?
- Queremos ser muy inclusivos. Llevo muchos años colaborando con la asociación de tecnología que hay dentro de Femeval, por ejemplo. También existe Aecta, que es más de consultores y también estábamos presentes. Ahora, queremos que esta sea la casa común y que todos se aprovechen de la representatividad del clúster.
- ¿Cuáles serán las primeras acciones?
- La primera ha sido acudir a la presentación de la estrategia del Gobierno valenciano para los clústeres. Agradecemos a Felipe Carrasco, al Ivace y a la conselleria haberla sacado.

- ¿Por qué es clave ser clúster para el desarrollo del sector?
- Porque en la siguiente derivada es cuando te conviertes en agrupación de interés económico (AIE). Con ese requerimiento, el Gobierno te da el sello de clúster y accedes a una serie de ayudas que pueden ser muy interesantes para las empresas asociadas. Nuestro objetivo es que la compañía que lo necesite pueda acceder a las ayudas por parte del Gobierno. Y es que la Comisión Europea focaliza muchas de éstas a través de los clúster, y no tenerlo nos hace perder una oportunidad competitiva. Entonces, pensamos que este formato nos permite acceder a esas ayudas de la Unión Europea.
- ¿En qué se han puesto de acuerdo las empresas que componen el clúster?
- En el propósito y en la gobernanza, que suele ser un tema complicado. En Nunsys Group somos muy grandes y parecía que fuera lógico que presidiéramos el clúster, pero no queríamos una organización presidencialista y estarán las funciones muy repartidas. Vamos a tener una toma de decisiones muy colegiada.
- ¿Habrá filtros de entrada?
- La idea es que sea muy inclusivo. Que no haya barreras de precio. Vamos a tener la mínima estructura posible y queremos ser muy accesibles para cualquier empresa y a las que les cueste, hacerlo más barato. Ser la casa donde pueden venir todos los que sientan que su vector principal es la tecnología.

- Hablaba de la formación profesional dual, ¿qué otras cuestiones les gustaría tratar?
- La formación nos garantiza nuestra materia prima, que son las personas, y que es columna vertebral. Luego, que en la Marina de València haya unas condiciones impositivas diferentes es excelente, pero a lo mejor también lo podemos conseguir en el Parque Tecnológico o hacerlo extensible a un tipo de compañía. O que con la política de clúster, beneficiemos a las empresas que son más pequeñas y que tengan la posibilidad de llegar a scale ups. Hay proyectos transformadores que empresas pequeñas no pueden acometerlos y si somos capaces de crear algún grupo de compañías pertenecientes al clúster que lo aborden juntos, creo que podemos aportar mucho valor con poca dedicación.
-¿Hacía falta colaboración entre las compañías?
-Nos conocemos mucho y hemos coincidido en muchas cosas, pero trabajar juntos, muy poco y aparece ahora la oportunidad. Se habla de la necesidad de invertir en Defensa, y tenemos que ser rápidos para que a la Comunitat Valenciana venga lo máximo posible. Dentro del clúster, nosotros y S2 abordamos mucho este sector, entonces podemos enseñar al resto a trabajar con este fin, por ejemplo. Pero no solo a empresas tecnológicas, tenemos el deber de ayudar a cualquier sector de la Comunitat Valenciana a poder acceder a esa inversión masiva que llegará a áreas claves. Para ello, ya estamos trabajando para hacer una alianza o un hub que haga esto posible. ¿Para qué tipo de compañías? Para todas. Hay oportunidades para todo tipo de empresas, y el clúster será una representatividad de todo el sector tecnológico que ayudará con este fin.
- ¿En qué punto se encuentra el sector innovador en la Comunitat Valenciana?
- En el PIB, la economía digital supone en torno a 20.000 millones de euros y es un 18% del PIB. Empresas tecnológicas puras estaremos en torno a los 800 millones de euros. Tenemos mucho peso en la Comunitat Valenciana y mucho empleado. Solo en Nunsys Group tenemos cerca de 2.800, de los que la mitad están en la Comunitat Valenciana, y una previsión de facturación para este año de 300 millones de euros. Somos empresas muy intensivas en capital humano.

- ¿Qué más piden a la administración?
-En este momento, en Europa hay una máxima que es la autonomía tecnológica para evitar situaciones como las que pueden ocurrir con EEUU, China o Rusia. La autonomía de España y de la Comunitat Valenciana es crítica y tiene a las empresas tractoras clave. Ahí hay que empujar para que de verdad cale. En Europa se ha hecho. A nivel nacional también, y por eso el Gobierno ha transmitido públicamente la prioridad de que las contrataciones sean a empresas españolas de capital español. Ojalá en la Comunitat Valenciana seamos capaces de que se detecte el valor de tener el conocimiento, desarrollo y la implantación ubicada en Valencia, con propiedad valenciana y a golpe de teléfono.
- ¿Hace falta un espacio más grande para ubicar a las compañías tecnológicas? La Marina de València tiene un espacio muy limitado.
- Tangibilizar siempre es bueno. Nosotros hemos estado muchos años en 22@ en Barcelona, y nos dio una interconexión con otras empresas que nos aportó mucho valor. Estuvimos en el TechPark de Andalucía, en el Parque Tecnológico de Málaga, en La Cartuja en Sevilla o en el Parque Tecnológico en Bilbao. Estar rodeado de los tuyos puede aportar mucho valor. Estamos muy dispersos en la Comunitat Valenciana, eso es evidente, y entre los fundadores del clúster hay compañías de Alicante y Castellón, pero tangibilizar el ecosistema tecnológico estaría perfecto. Creo que para transmitir hacia fuera el poderío tecnológico de la Comunitat Valenciana tocar un espacio físico es importante.

-¿Hacen falta mejores conexiones hacia los parques tecnológicos para atraer ese talento?
- Absolutamente. Nosotros estamos en la EGM del Parque Tecnológico de Paterna, pero tenemos que conseguir que llegue un transporte público usable. Tenemos mucho teletrabajo provocado por la eficiencia. Por lo que tardas en venir e irte. Ojalá consiguiéramos que, de verdad, el parque tecnológico tuviera una conexión con metro y si no, con una vía de autobús lo más fluida posible. El autobús actual no se hace cómodo y en coche no se puede aparcar. A pesar de esto, el metro cuadrado cada vez es más caro, porque no hay otros espacios representativos del sector.