Entrevista

Plaza Innovación

Eduardo Castelló: "Estoy seguro de que habrá robots emprendedores en el futuro"

El investigador valenciano dirige el laboratorio CyPhy Life en la IE University y es investigador afiliado en el MIT

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VALÈNCIA. En un momento en el que la robótica avanza a un ritmo sin precedentes, Eduardo Castelló (Valencia, 1984) se ha consolidado como una de las voces españolas más influyentes en la exploración del futuro tecnológico. El valenciano, formado en la Universitat Politècnica de València, la Universidad de Portsmouth y doctorado en la Osaka University, ha trabajado junto a referentes internacionales y desarrollado una trayectoria que lo ha llevado por Japón, Alemania, Estados Unidos y Bélgica. Hoy combina su labor como investigador afiliado al Massachusetts Institute of Technology (MIT) con su puesto como assistant professor e impulsor del laboratorio CyPhy Life en la IE University.

Desde este laboratorio promueve líneas de investigación disruptivas que miran a 20 ó 30 años vista, explorando mundos ciberfísicos y modelos tecnológicos diseñados para expandir las capacidades humanas. "Intentamos crear tecnología que no nos limite, sino que nos expanda”, explica. Y en ese horizonte, asegura, la robótica avanzará hacia terrenos hoy insospechados. "Estoy seguro de que habrá robots emprendedores en el futuro", señala. Un proyecto que él mismo ha puesto en marcha con su proyecto Gaka-chu, un robot artista que se autofinancia vendiendo sus cuadros.

Castelló, quien visitó esta semana València para participar en un evento de Atlas Tecnológico, cree que Europa debe repensar su relación con la tecnología si quiere influir en este nuevo escenario, y defiende que estamos a las puertas de ver robots que actúen no solo como asistentes, trabajadores o cuidadores, sino también que se adentren en nuestras casas recorriendo el camino de los animales. "Ahora son trabajo, pero luego los sacaremos de allí porque habrá algo en las factorías que lo mejore, y es muy probable que a través de este proceso los convirtamos en mascotas y luego en seres por los que podemos desarrollar sentimientos", asegura. Lejos de las visiones distópicas, reivindica un futuro en el que la robótica bien diseñada amplíe nuestra creatividad y contribuya a que seamos más humanos que nunca.

- De la Universitat Politècnica de València a Osaka. ¿Cómo termina estudiando en Japón?

- Estudié informática y acababa mis estudios de grado y pensé, ¿cuál es mi siguiente paso? Mi director del trabajo final de la carrera me dijo, tienes un proyecto muy interesante, ¿por qué no aplicas a algún sitio donde puedas continuarlo? Entonces, me habló sobre unas becas de graduado en Japón. Al principio me lo tomé a risa, porque qué hacía a 16.000 kilómetros de mi casa, pero luego pensé, ¿por qué no? Me dieron la beca y empecé a buscar un laboratorio que me acogiera.

Hay un momento en la vida, habitualmente al final de tus estudios de grado o de máster, en el que es bueno hacer la cosa más loca que puedas"

Empezamos con el proceso y, al final, allí estaba en octubre de 2008. Esta es mi historia personal pero, sinceramente, yo le digo a mis alumnos que hay momentos en la vida donde solo puedes crecer. Lo peor que te puede pasar es fracasar, pero ahí el fracaso es muy barato. Eres joven y puedes volver a hacer cualquier otra cosa y nadie va a penalizar que lo hayas intentado y no haya salido. Hay un momento en la vida, habitualmente al final de tus estudios de grado o de máster, en el que es bueno hacer la cosa más loca que puedas, porque te permite expandirte mucho y la penalización es poca.

- ¿Qué es lo que más le marcó de su paso por la Universidad de Osaka?

- Llegué al laboratorio, pero había un examen de admisión a los seis meses de estar allí y que era totalmente en japonés. Mi mentor me dijo que había muchos estudiantes internacionales y que no había problema, porque todo el mundo escribía ciencia en inglés, pero cuando me asenté me di cuenta de que la realidad era muy distinta. Entonces, aprendí japonés a marchas forzadas y eso me marcó mucho. Acabé aprobando este examen, pero fue un reto muy grande.
Una vez pasó esto, entré a formar parte del laboratorio y pude hacer proyectos e investigar. Me marcó mucho el tener que aprender un idioma tan complejo para pasar un hito que ya era de locos desde antes.

- ¿Estamos en Europa tan lejos de Japón, China o Corea en el ámbito de la robótica?

- Sí, estamos muy lejos, pero principalmente no es por un desarrollo tecnológico o que no tengamos acceso a los últimos motores, sino que es una cuestión social. Japón es un país amigable para la robótica porque, en el fondo, su sociedad permite que los robots estén con nosotros y no haya ningún problema de seguridad ni de rareza. Es una sociedad que abraza la tecnología y, especialmente, los robots, porque entiende que su manera de vivir, incluso su religión, permite que esas máquinas estén entre ellos.

- Actualmente lidera el grupo de investigación CyPhy Life, ¿en qué están inmersos?

- Este grupo tiene la idea de explorar todo el mundo ciberfísico y darle una visión de 20 ó 30 años a las investigaciones. Nosotros no hacemos investigación incremental, sino investigación disruptiva, y por eso intentamos coger este término de ciencia ficción, que es como suena ciberfísico en inglés, y crear investigaciones en las que los alumnos se planteen qué pasaría si este campo fuera revolucionario en los próximos 30 años. Cómo me gustaría que una tecnología no solo se imponga en la realidad, sino que se moldeara en función de ciertos valores que tengo como persona. Cómo hacer tecnología centrada en el humano. No solo el progreso por el progreso, sino progreso como parte de un humanismo mayor que permite hacer tecnología que tenga impacto positivo en la sociedad. Se trata de hacer tecnología que no nos reduzca como humanos, sino que nos expanda.

- ¿En qué punto se encuentra la robótica a nivel mundial? ¿Qué no tenemos en mente que ya está sobre la mesa?

- Europa tiene un grandísimo problema de envejecimiento, entonces vamos a ver robots que empiezan a resolver cierto tipo de problemas de cuidados, de alivio de personal sanitario en clínicas de cuidado de la tercera edad. Vamos a ver robots que resuelvan problemas que no se pueden resolver de otra manera en Europa. Vamos a ver robots que entren en nuestras calles no solo como taxis, sino para llevar paquetes, por ejemplo. Esto lo veremos en Europa poco a poco.
La diferencia con Japón es que allí aceptan de mayor grado que un robot cuide de la casa, por ejemplo. Pero Europa empezará a resolver sus problemas más acuciantes con ayuda de la robótica.

- ¿Cómo diría que se encuentra el desarrollo y la investigación en robótica en España?

- España tiene varios grupos de investigación en robótica potentes, pero están enfocados al mundo académico y, en el fondo, les cuesta mucho conseguir financiación para llevarlo más allá y hacer startups, por ejemplo. Entonces, digamos que hay varios grupos potentes, con gente potente, pero la financiación y la manera en la que salen fuera de la universidad es todavía compleja, porque en Europa no tenemos claro todavía cómo hacer una transferencia de tecnología seria de la universidad a la empresa y cómo la empresa privada viene a estos laboratorios e invierte.

- ¿Está muy atrasada la entrada de la robótica en las empresas españolas?

- España es un país en el top 10 en número de robots. Tenemos mucha industria de la automoción, y eso en el fondo está muy ligado a cómo hemos producido los robots y las líneas de ensamblaje. Pero hay dos temas: uno, que las empresas españolas son en su mayoría pequeñas y medianas empresas y les cuesta mucho cambiar un modelo de negocio que funciona. Les cuesta invertir en innovación e ir a los centros tecnológicos y universidades. Quieren algo que les funcione ya, porque no tienen tanto oxígeno para pensar en 20 ó 30 años, sino que quieren pensar en ahora. Y, por otro lado, los académicos europeos también tienen muchos problemas en irse a la empresa privada y ofrecer desarrollos que tengan una sinergia con lo que las empresas puedan necesitar. Les cuesta salir de la financiación pública para entrar en la parte privada.

- ¿Se están poniendo en marcha startups de robótica con los desarrollos que se hacen?

- Se van creando. Hay muchas startups de drones ligadas a cómo hacer la regulación para que puedan estar ahí. También de Defensa. Otras también están centradas en cómo hacer los datasets para los robots, porque es uno de los grandes cuellos que tiene la robótica en este momento. Todo el mundo piensa que la progresión de la robótica y la inteligencia artificial es la misma, pero no es así. ChatGPT se ha bebido internet, y por eso hace lo que hace, pero nosotros no tenemos internet para mejorar esos modelos. Por eso, hay startups que intentan generalizar este conocimiento a través de datasets.

Todo el mundo piensa que la progresión de la robótica y la inteligencia artificial es la misma, pero no es así"

Mientras, el tema del hardware pertenece todavía a China y a EEUU, que tienen la tecnología de motores para hacer humanoides. En China han avanzado mucho en ese sentido y hemos visto muchas compañías que han empezado con esto, que es bastante complejo de hacer. Pero hay un nuevo tipo de hardware que ha salido del ecosistema Shenzhen, pero todavía queda mucho por avanzar.

- Hablando de EEUU, ¿cómo fue su paso por el MIT? ¿Qué se está haciendo allí en materia de robótica?

- Muchísimas cosas. Están intentando generar puentes entre todo este mundo de la IA generativa y la robótica. Cómo hacer que un robot aplique físicamente lo que una IA generativa está procesando y esos modelos de visión y lenguaje. Pero la mayor diferencia del MIT con Europa, más allá de la financiación, es el hecho de que es un espacio donde, aunque es muy difícil entrar, una vez estás allí es muy poroso. Puedes empezar haciendo robótica, pero luego te puedes ir al departamento de Psicología y que vean tu investigación con otro punto de vista.

Los departamentos son muy porosos, cosa que no pasa en Europa, y creo que la palabra ‘no’ es muy cara. Hay proyectos que tienen más o menos sentido, pero hay una cultura del dejar hacer y ver realmente hasta dónde llegas con tu idea, ya sea un paper o una startup. Esto es mucho trabajo, pero también muy refrescante, porque no hay obstáculos para desarrollar lo que tienes en la cabeza.

- En el futuro, ¿qué papel cree que tendrán los robots en nuestras vidas?

- A día de hoy, hay un gran enfoque en los humanoides, porque el ser humano está programado para recrearse a sí mismo en la tecnología que usa. Esto se llama antropomorfizar. Tenemos una tendencia clara de humanizar a todo lo que vive y hace cosas con nosotros. Y esto tiene una cosa buena y una mala. Creo que veremos cada vez robots más inteligentes, pero que no tienen por qué tener forma humana. Pero ese camino de los humanoides seguirá, y lo que creo, y muchos de mis colegas realmente lo piensan, es que los robots pueden seguir un camino muy similar al de los animales. Más allá de la forma humana, los animales en nuestra sociedad han sido trabajo. Cuando hemos generado tecnología que los ha sustituido, los hemos metido en casa. Los hemos querido como mascotas. Los robots seguirán un camino muy similar. Ahora son trabajo, pero luego los sacaremos de allí porque habrá algo en las factorías que lo mejore, y es muy probable que a través de este proceso los convirtamos en mascotas y luego en seres por los que podemos desarrollar sentimientos.

- ¿Cómo está la cuestión de la seguridad? ¿Podrían volverse locos?

- Habrá casos y se verá. En el fondo, si estuviéramos en los años 80 y estuviéramos hablando de internet, te diría que habría grandes avances, pero también que se harían ciberestafas, gente que perdería dinero y que habría hackeos que permitirían que un aeropuerto se parase. Y lo mismo pasará con los robots. Lo único es que el robot tiene una capacidad física de interactuar con el mundo y se verán coches autónomos que se vuelven locos y paran una ciudad, porque se quedan en Times Square y paran Manhattan. Y se verá cómo alguien puede hackear un robot y generar una acción física que tiene un gran impacto. No quiero ser alarmista, porque creo que este mundo bipolar vive de la utopía versus la distopía y no quiero ser un apóstol de la distopía, pero pienso realmente que en todo proceso industrial o tecnológico hay cosas que no están entre las esperadas.

- En esta parte de seguridad, ¿la normativa más garantista de la Unión Europea puede frenar el progreso respecto a EEUU o China?

- Se está buscando una manera, a través de normativa ISO, de garantizar que tanto el hardware como el software de los robots sea seguro por defecto. Pero hay un problema, y es que todo el hardware que estamos generando ahora, que en el fondo permite hacer estos avances, es bastante preciso pero no es seguro por defecto. Un motor eléctrico puede hacerte daño. No conozco detalladamente la regulación europea, pero creo que acabaremos sobrerregulando este sector y es probable que hagamos más difícil generar compañías europeas que tengan algo que decir en él, por lo menos al principio. Me da la sensación de que los tiros irán por ahí, pero esto es una tecnología suficientemente impactante en el mundo como para que tengamos algo que decir.


¿Debemos dejar algunos de nuestros valores europeos por el avance tecnológico?"

Pero, a nivel de regulación, la verdadera pregunta es: ¿debemos dejar algunos de nuestros valores europeos por el avance tecnológico? ¿Estamos dispuestos a cambiar la manera de pensar para tener esas compañías de robótica europeas que hagan las cosas diferente y no los comparemos a EEUU o China? Ese es el verdadero debate.

- ¿Y tiene sentido en este contexto de buscar una autonomía tecnológica intentar acercarnos a ellos?

- China y EEUU ya han salido de la velocidad de escape. Como cuando lanzas un cohete y quieres salir de la gravedad terrestre y necesitas una velocidad determinada para salir, esto ya se ha escapado. Tengo la sensación de que acabaremos viviendo de nuestra industria verdadera, que es la regulación.

-¿Puede convertirse un robot en un emprendedor? ¿Vamos a ver esto en el futuro?

- Estoy totalmente seguro. A día de hoy, los robots empiezan a hacer cosas y empezamos a ganar un grado más de libertad, como que puede cargarse por sí solo, puede salir de un error... Es lógico que empecemos a ver compañías que empiecen a tener empleados donde solo los robots hacen cosas. Eso no significa que se desplace el trabajo, porque tendrá que haber responsables que controlen y tengan que arreglar los robots, pero estoy totalmente seguro de que habrá compañías cuyo negocio esté ejecutado exclusivamente por robots y tú puedas invertir en ellas. Veo esto como una manera de inversión, pero en vez de en compañías en las que hay una parte humana y una parte tecnológica, solo es un algoritmo.

- ¿Qué ha supuesto la IA generativa para la robótica?

- La IA generativa está intentando solucionar uno de los problemas de la robótica, que es la falta de datos para poder generalizar cuestiones. Si yo entreno un robot para que haga labores en tu casa y estás muy contenta con ello, yo ahora lo llevo para que haga labores en la mía y a lo mejor fracasa porque, aunque las acciones son las mismas, no lo es el ambiente y no puede generalizar. Tiene que empezar desde cero. La IA generativa ha permitido reducir el tiempo que necesitas para entrenar a ese robot y muchos de los modelos que se están generando van en esa línea.

La IA generativa está intentando solucionar uno de los problemas de la robótica, que es la falta de datos para poder generalizar cuestiones"

Pero también tenemos ahora muchos proyectos de investigación en los que la IA generativa te permite hablar con un modelo que luego está teniendo el control de una casa o un laboratorio. En el laboratorio tenemos un ChatGPT entrenado con los diarios de una alumna hasta que llegó a la universidad. Ahora, este modelo es su pepito grillo. Cuando ella tiene un problema y piensa que no lo está haciendo bien, habla con su yo de hace diez años. Entonces, recuerda cosas que eran importantes para ella y esto es altamente útil.

- Decía en su charla de debemos de crear tecnología para poder pensar más y no para reducirnos. Da la sensación de que vamos al contrario.

- Esto tiene que ver más con el diseño. Tenemos la falsa dicotomía de que la tecnología no es ni buena ni mala. Pero es que no es ni buena ni mala ni tampoco neutra. Al final, la tecnología está diseñada por cierto tipo de personas, con algo en mente, y estas personas se encuentran en China o EEUU y diseñan para alguien que no somos ni tú ni yo. Ahí hay un problema grande porque el mundo está globalizado, y cuando tú adoptas esta tecnología entiendes que si no la adoptas, estás fuera del juego. Y acabamos tragando con desarrollos que no tienen nuestros valores. Y por eso, volvemos a la parte europea de: ¿qué queremos hacer en este sentido?

Mucha gente tiene problemas con la idea de la inmigración y de que la gente de fuera viene y cambia nuestros valores, pero un smartphone los ha cambiado mucho más"

Mucha gente tiene problemas con la idea de la inmigración y de que la gente de fuera viene y cambia nuestros valores, pero un smartphone los ha cambiado mucho más que alguien que haya venido aquí. Y la persona que ha diseñado este teléfono no te ha tenido en cuenta. Es necesario entender desde el proceso de diseño de la tecnología qué queremos conseguir.

En el laboratorio, yo intento utilizar la robótica y la IA en un modo totalmente diferente a la percepción social, que es investigación que me permite expandirme como persona, no reducirme. Hacemos muchísima tecnología para ser más creativo, buscar mejor o que pudiera ser hasta ahora imposible de hacer para una persona.
Tenemos un proyecto que se llama DJesthesia, que es una sinestesia para los DJ y permite que controlen música y visuales al mismo tiempo. Todo va pensado para expandirte y no reducirte, y eso es lo que muchas empresas que están sacando esta tecnología tienen en mente, porque tienen otros incentivos.

- ¿Qué papel ocupa la robótica en València?

- València es puntera en varios sectores y creo que debería empezar a investigar e incorporar cosas interesantes en esos sectores donde somos altamente fuertes, como es el turismo. Agentes de IA o robots, por ejemplo. Gente que quiera usar IA generativa para cuidar su casa cuando la alquila. O personalizar la habitación con la experiencia en los hoteles. Somos realmente punteros en esto y creo que estamos desaprovechando una posibilidad que alguien capitalizará en el futuro.
En el sentido gastronómico hay muchas cosas que se pueden hacer con IA y robots o cultivos inteligentes, por ejmplo. Para resumirlo, se trata de entender en qué somos fuertes y acabar incorporando la tecnología en estos sectores.

- ¿Y cómo hacerlo?

- Debería haber una organización de la demanda y que las asociaciones de hostelería, por ejemplo, pidan a universidades e institutos tecnológicos soluciones porque entiendan que el futuro va por ahí. Confío mucho en este binomio de organización.

- ¿Le gustaría volver a trabajar a València? ¿Pondría sobre la mesa alguna propuesta?

- Creo que un centro en València donde todas estas tecnologías estuvieran representadas por académicos, y estos fueran retados por la ciudad, la autonomía y todas las instituciones con problemas y que pudieran hacer proyectos a largo plazo. Creo que acabaría fructificando en un salto cualitativo de las cosas. Pero para eso se necesita la iniciativa de mucha gente, y ahora no tenemos la mentalidad para ello.

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