MADRID. Fiat ha rebuscado de nuevo en sus archivos y ha devuelto a la vida a un mito de los años 60, el Spider, un descapotable biplaza con el que quiere recuperar el placer de conducir a cielo descubierto.
Antes de entrar en materia, explicar que este tracción trasera con motor central comparte plataforma con el Mazda MX-5, al que los diseñadores del Centro Stile Fiat han introducido una serie de cambios para diferenciarlo exterior e interiormente del japonés y también en cuanto a propulsores.
Ya que hablamos de motores indicar que el Fiat solo puede elegirse con el gasolina 1.4 MultiAir turbo de fabricación propia, que eroga 140 CV.
La japonesa Mazda ofrece dos motorizaciones atmosféricas de gasolina: 1.5 de 131 CV y 2.0 Skyctiv de 160 CV.
Por tanto, Fiat ha optado por una potencia intermedia que es más que suficiente para la mayoría de usuarios que buscan en estos coches de propulsión el mayor divertimento posible a un precio que no sea prohibitivo
Este cuatro cilindros en línea con culata de aluminio tiene 240 Nm de par máximo a 2.250 rpm, acelera de 0 a 100 km/h en 7,5 segundos y puede alcanzar una velocidad máxima de 215 km/h.
Gracias a una caja manual de seis marchas con unas relaciones cortas y un engranaje muy fluido, se puede disfrutar de este roadster desde el primer momento que se pone en marcha (por botón).
El motor es vivo y sube rápido de vueltas, sin nerviosismos. La entrega de potencia, sin ser lineal, es ágil e invita a engranar las marchas más altas para empezar a notar la brisa en el cuerpo.
La capota es de lona y carece de un mecanismo eléctrico que la repliegue con solo tocar un botón. Para descubrir el coche, hay que liberar la parte delantera del techo y luego llevarla hacia atrás hasta que se quede anclada. A partir de ese momento empieza el disfrute y el deleite.