ALICANTE.- César Quintanilla ya es presidente in pectore de la Confederación Empresarial (CEV Alicante), tras concluir el plazo de presentación de candidaturas sin que se registraran alternativas. La proclamación oficial tendrá lugar en la asamblea prevista para el próximo 6 de noviembre.
En relación con su proyecto, Quintanilla ha señalado que se abre una nueva etapa marcada por la voluntad de cambio, aunque sin rupturas drásticas. Su objetivo es que la CEV Alicante se consolide como una confederación fuerte, representativa y con identidad propia, alineada con las necesidades reales de los sectores empresariales. “El peso tienen que tenerlo los sectores, porque al final somos una confederación y los empresarios tienen que tener el mayor peso”, ha afirmado.
Otro de los ejes de su propuesta es la construcción de puentes y la superación de reticencias históricas. En este sentido, ha reconocido que una de las entidades con las que ha habido más distancias en el pasado ha sido Uepal, organización que él mismo preside actualmente. Quintanilla ha confirmado que, por el momento, mantendrá la presidencia de ambas entidades, con la intención de avanzar hacia una posible convergencia futura, siempre que así lo decidan las respectivas juntas directivas y exista voluntad compartida. “Vamos a ver si entre todos podemos mirarlo al punto en que todos nos sintamos cómodos, o la inmensa mayoría”, ha expresado.
Respecto a la preparación de la asamblea autonómica, que se celebrará el próximo 6 de noviembre, ha explicado que el proceso ha incluido la presentación de su candidatura, la obtención de avales y la configuración de una junta directiva de 100 personas, de las cuales 31 son de la provincia de Alicante. Ha destacado que ha contado con plena autonomía para elaborar su propuesta, que ya ha sido aprobada aunque no se hará pública hasta el día de la asamblea. "Estamos teniendo autonomía desde la provincia en la parte que nos toca, no con imposición", ha destacado.
Por último, se ha referido a la coincidencia temporal con otros procesos institucionales, como la renovación del Consejo Social de la Universidad de Alicante, del que se convertirá en nuevo presidente, que se ha solapado con las elecciones a la CEV por razones ajenas a su voluntad. Ha atribuido esta simultaneidad a una “jugada del destino”, derivada de cambios legislativos y retrasos administrativos.
