ALICANTE. La empresa alicantina TERA Batteries y la china CATL, líder mundial en innovación y fabricación de baterías, ha firmado un acuerdo estratégico por el que TERA se convierte en el servicio oficial de CATL para sus operaciones de posventa en Europa. De esta manera, asumirá tareas clave como el diagnóstico avanzado, mantenimiento y reacondicionamiento de baterías y sistemas de almacenamiento energético. Tera ha sido la primera empresa del sector en desarrollar la primera herramienta de valorización de baterías de vehículo eléctrico.
Según han destacado desde la firma alicantina, este acuerdo representa "un hito clave para TERA, que prevé incrementar su capacidad productiva en más de un 150% y multiplicar por más del doble su facturación anual. Esta alianza posiciona a la compañía como uno de los principales referentes europeos en la gestión sostenible del ciclo de vida de las baterías". “Que CATL haya depositado su confianza en TERA como socio oficial es un reconocimiento a nuestra calidad tecnológica y compromiso con la economía circular”, destaca David Santiago, fundador y CEO de TERA Batteries. "En términos de negocio, la compañía española estima que su facturación anual se incrementará en más de un 200% a partir del cierre de este contrato, posicionándola como uno de los principales actores europeos en la gestión sostenible del ciclo de vida de las baterías", añade Santiago.
El acuerdo se enmarca en un contexto de crecimiento acelerado de la movilidad eléctrica y la demanda de almacenamiento energético en Europa. En 2024, se matricularon más de 3,2 millones de coches eléctricos en Europa, y se espera que el mercado europeo de almacenamiento supere los 10 GWh anuales en 2025, duplicando la demanda de servicios relacionados con el mantenimiento y segunda vida de baterías.
La colaboración entre CATL y TERA aspira a consolidar una posición de liderazgo en la gestión integral y sostenible de baterías, promoviendo la descarbonización del transporte y el avance hacia una economía energética más circular. Además, permitirá a TERA desarrollar aplicaciones de segunda vida para celdas recuperadas, alargando su utilidad y reduciendo la necesidad de materias primas vírgenes.
