BURGOS (EFE). El presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, da por cerrado el debate en el seno de Cepyme tras la elección de Ángela de Miguel como presidenta y, pese a criticar la falta de limpieza de la candidatura de Gerardo Cuerva, asegura que en la patronal de la mediana y pequeña empresa hay unidad, "sin ajustes de cuentas".

Cepyme (la patronal de la pymes) "es una organización democrática, transparente", y como tal se han celebrado unas elecciones, y, después, "se cierran filas y todos a una", ha defendido Garamendi a preguntas de los periodistas antes de asistir a la gala de entrega del premio FAE de Oro de la patronal burgalesa.

"Si no fuera así nos estaríais diciendo que somos unos dictadores", ha apuntado, negando que la elección de la vallisoletana Ángela de Miguel como presidenta, imponiéndose a Gerardo Cuerva, haya creado una división en el seno de Cepyme: "en mi casa no lo dicen, y creo que en Cepyme tampoco", ha indicado.

Sin embargo, el presidente de la CEOE sí que ha lamentado que "esta vez por parte de una de las partes se ha hecho una campaña que, sinceramente, yo creo que podía haber sido más limpia", pero no ha entrado en mayores detalles, y ha insistido en que tras el debate llega ahora el tiempo de los proyectos.

"El tema está cerrado, hay una presidenta, y está apoyada por la amplia mayoría de las organizaciones españolas", ha aseverado, recordando que De Miguel cuenta con el apoyo de las patronales de Madrid, Cataluña, País Vasco, Andalucía o Castilla y León.

También de sectores como el comercio, la hostelería, el metal o la construcción, por lo que Antonio Garamendi ha insistido en defender la unidad en el seno de la patronal: "Aquí no hay ajustes de cuentas ni hay nada. Estamos otra vez en la unidad", ha reiterado.

Por su parte, Ángela de Miguel no ha querido entrar en el debate sobre la campaña de Cuervas, aunque ha reconocido que "evidentemente ha habido una guerra sucia", que a su modo de entender "se ha trasladado perfectamente a la opinión pública", pero apuesta por dejarla atrás y ponerse a trabajar.

"Nosotros siempre hemos querido hacer exactamente lo mismo, hablar de empresas, hablar de proyectos, hablar de futuro. Creemos que, en un momento que es dramático para la pyme, no tenemos que entretenernos ni enredarnos en otra serie de cuestiones. Esto no es juegos de tronos", ha insistido.

Y considera que ya está "en el día de después" y toca hablar de las pequeñas y medianas empresas, de su futuro, porque "a la empresa española lo que le importa realmente es que va a pasar mañana", en un país en el que hay menos microempresas -han caído un 0,5 %-, y cada vez son más pequeñas.