PETRER. El Ayuntamiento de Petrer ha dado el último paso en el camino de gestiones previas al inicio de la construcción del nuevo colegio Virrey Poveda. De este modo, en la Junta Local de ayer, se aprobó la adjudicación de la obra de construcción del centro con una inversión total de 7.710.243 euros.
La alcaldesa de Petrer, Irene Navarro, ha comparecido esta mañana en rueda de prensa junto a la concejala de Educación, Patricia Martínez, el concejal de Urbanismo, David Morcillo y la directora del centro educativo, Mayte Lluch, para recordar que “en la historia del Virrey Poveda han sido muchos años de reivindicar la dignidad que tenía que tener un colegio y llegar hasta aquí no ha sido nada fácil”, recordando, sobre todo, los esfuerzos y muchas reuniones de este último año, sobre todo con la administración autonómica para contar con el visto bueno del proyecto y la ampliación del presupuesto por parte de la Consellería de Educación.
Por tanto, la adjudicación de las obras del centro, es una “muy buena noticia para toda la comunidad educativa de Petrer y hay que celebrar que está ganando la educación de calidad de Petrer con unas infraestructuras a la altura que se merece la comunidad educativa”.
La primera autoridad local ha recordado que este proyecto forma parte del Plan Edificant, “un plan que ha permitido renovar la mayoría de centros educativos de Petrer “. En concreto, el colegio Reina Sofía, con una inversión de 417.000 euros; el colegio La Foia, con 600.000 euros; el colegio Rambla dels Molins, con 400.000 euros; el 9 de Octubre, con 320.000 euros; y el IES Paco Mollá, en el que se han invertido 1.8 millones de euros. Navarro ha “agradecido la comprensión, la paciencia, pero, sobre todo, el ir de la mano y el luchar por objetivos comunes”.
Mayte Lluch, directora del Virrey Poveda, ha celebrado la noticia subrayando que “hoy es un día grande para la comunidad educativa de nuestro centro porque hay mucha gente detrás que ha peleado durante muchos años para que Virrey Poveda tenga el edificio que se merece”. La directora ha tenido palabras de agradecimiento al equipo de gobierno, porque “es de agradecer sentirse acompañada durante todo el proceso”. Ha cerrado su intervención expresando que “el día grande será el día que veamos entrar la grúa, porque ahí sí que será el pistoletazo de salida”.
En cuanto a la adjudicación de las obras del colegio Virrey Poveda, la concejala de Educación ha recordado que “en septiembre recibimos las tan esperadas delegaciones de competencias por la ampliación qe hubo de dos millones y medio del proyecto y fue en diciembre cuando por fin recibimos el capital para ya poder tramitar la adjudicación de la obra del centro”.
También ha apuntado que “son muchos años de batalla, pero estamos en la recta final, simplemente con trámites administrativos que darán lugar a que en los próximos meses podamos ver los camiones ya trabajando y el centro reconvirtiéndose en uno de los mejores centros”.
El proyecto
El proyecto, como ha explicado el concejal de Urbanismo, conlleva la ampliación de la superficie actual de las instalaciones del centro en casi más de 1.000 m², pasando de los 2.500 m² actuales a los más de 3.400 m² futuros, utilizando para ello el terreno adyacente al centro. Esta ampliación permitirá aumentar las unidades de educación infantil, las unidades de educación primaria, habilitar un comedor para 400 niños y niñas y contar con sala de gimnasio y salón de actos, necesidades largamente demandadas por la comunidad educativa.
Morcillo ha hecho la advertencia de que se trata de “una licitación muy grande” lo que supone que no se puede dar una fecha exacta de comienzo de obras y, en cualquier caso, ha avanzado que “en ningún caso será antes de verano”.
También ha apuntado que, desde el departamento de Urbanismo, se ha hecho un estudio de patologías previo del centro para evitar lo que ocurrió con las obras del instituto Azorín, es decir, “que empezaron las obras y se dieron una serie de cuestiones que obligaron a paralizar las obras”.
Asimimos, ha explicado que el planteamiento de las obras se ha hecho para que “genere el menor impacto”, es decir, que el alumnano no se va a mover del centro. Para ello, se construye el edificio nuevo, mientras el alumnano sigue en el antiguo. Y, terminado el nuevo, el alumnado se mueve a este mientras se remodela el antiguo. Una actuación “similar a lo que se ha hecho con el centro de salud Petrer II”. O el caso del instituto Paco Mollá. Cabe recordar que este colegio tiene 45 años de vida.