ALICANTE.- Podemos ver, con lupa, el zapato más pequeño del mundo, que es el número 1 (0,666cm) y, también, el más grande, número 525, inscrito en el Libro Guinness de los Records. Allí, descansan los zapatos de los reyes don Juan Carlos y doña Sofía y los zapatos de las Mejor Calzadas: Ana Rosa Quintana, Concha Velasco, Marta Hazas, María Teresa Campos, Esperanza Aguirre…También, los pares de grandes deportistas, actores, cantantes, escritores, bailarines... Y, por supuesto, piezas muy valiosas como los zapatos diseñados por Stuart Weitzman para la gala de los Oscar 2002 y los zapatos originales que llevó el Papa Juan XXIII el día de su coronación como romano pontífice, toda una reliquia.
El Museo del Calzado es una de las grandes joyas museísticas no sólo de la Comunitat Valenciana si no de toda España y del extranjero. De hecho, gracias al trabajo de un estudiante de la Universidad de Alicante, sabemos que hay 19 museos del calzado censados en todo el mundo. De los cuales seis están en España. Pero, Gabriel Segura, director del Museo del Calzado añade que «si nos atenemos a los parámetros técnicos de ‘museo’ aceptados por el organismo internacional ICOM, de la UNESCO, en España sólo hay dos: el Museu del Calçat i la Pell (Baleares) y el Museo del Calzado(Elda). El primero, está cerrado. El resto de colecciones repartidas por el país y que llevan la denominación de museo son colecciones privadas que responden a iniciativas de empresarios sensibilizados con la conservación del patrimonio familiar».
Pero, a pesar de la riqueza que posee la institución, historia viva del calzado, y con colecciones extraordinarias que nos hacen viajar a través del tiempo, el Museo del Calzado está en una situación delicada. Su director afirma que «está en un punto de inflexión o de cambio de rumbo trascendental para el éxito del museo. Está al final de una fase tanto en su modelo de funcionamiento como en el de financiación». Por ello, Gabriel Segura asegura que «necesita la implicación seria de otras instituciones públicas, caso de la Generalitat Valenciana, como, también, la participación y connivencia con el sector privado, con la industria y el empresariado».
Para que un destino patrimonial sea potente a nivel turístico es fundamental su promoción, el director del Museo del Calzado se sincera y hace la siguiente reflexión: «En la Comunitat Valenciana se fabrica más del 70% de zapatos de toda España. Y para ser el único museo del calzado de toda la Comunitat no contamos con ninguna ayuda de la Generalitat, cuando otros museos de similares características (textil, juguete y naranjas) si que las tienen».
En estas circunstancias, 2017 va a ser un año complicado para el Museo del Calzado porque, según Gabriel Segura, «las rémoras del pasado lastran el futuro. Sin duda, el mayor de los objetivos que afecta a diversas facetas del museo es la apertura del museo. Queremos que sea considerado como propio por todos los centros zapateros del país. El Museo debe ser un agente más en el sector de la industria zapatera, el agente cultural. Esto va a marcar el desarrollo de las acciones y programación. Más que un objetivo es un reto».
Pero, ante esta situación Gabriel Segura, no baja la guardia, al contrario, la institución cada vez tiene mayor número de visitantes y muy presentes están, también, «los profesionales del sector que requieren de nuestra colaboración para sus campañas publicitarias, ferias…Sin renunciar al vínculo con la cultura local de Elda, atendiendo a sus demandas». Así que, el día a día del museo tiene un ritmo trepidante porque «es multifacético porque no es un museo al uso que obedece a una única disciplina. No sólo es un museo histórico, ni industrial, ni de la moda…Es un museo de todo ello», explica.
No cabe la menor duda, de que el Museo del Calzado es el espejo de la industria zapatera, a través de él se ve cómo ha pasado el tiempo en el sector con más peso de la provincia de Alicante. De hecho, su proyección exterior ha sido fundamental para sortear, de la mejor manera posible, la crisis económica. Más de 20.000 personas viven del calzado, que trabajan en 2.739 empresas, principalmente de Elda, Petrer, Villena y Elche. Estas empresas trabajan por mejorar su competitividad, procesos productivos, por la inversión en I+D+i y por diversificar y ganar cuota de mercado con las exportaciones y la venta online.
Pero, hay una asignatura pendiente: «El Museo del Calzado es una oportunidad que a la industria le nació de camino pero que hasta ahora, apenas, ha sabido utilizar o explotar». Gabriel Segura pone dos ejemplos, el modelo anglosajón de colaboración empresa-institución cultural y el italiano, en el que los productos vinculados a la industria del consumo del lujo o moda siempre están vinculados a la tradición y artesanía. «En la industria española del calzado no se es consciente de la importancia del aspecto cultural del producto comercial», afirma Segura.
El director del Museo del Calzado está realizando una intensa labor desde el área de formación de la institución, uno de sus grandes pilares. Por ello, el museo tiene aulas de formación, tanto en diseño y ajuste, como en taller de zapatero donde se imparten cursos porque, según su director, «el museo está vinculado a la conservación de la artesanía zapatera y, casi como mandato fundacional, estamos obligados a asegurar la transmisión de esos conocimientos artesanales».
Segura, ante uno de los cuadros que se exhibe en el museo (RAFA MOLINA)La moda siempre resurge con aires renovados y los diseñadores se inspiran en décadas pasadas. Por ello, el Museo del Calzado, y especialmente, la sala II es una fuente inagotable para ellos porque en esas cuatro paredes está la moda española en calzado desde el siglo XVII hasta la actualidad. Según el director del Museo, «es un área visitada regularmente por diseñadores de varias empresas que buscan inspiración en modelos antiguos. De hecho, todos los años, en febrero, viene una persona que se desplaza desde California a consultar revistas y publicaciones del archivo del museo».
El Museo del Calzado está estructurado en cuatro grandes salas multitemáticas repartidas en dos plantas. En la sala I, hay maquinaria que nos adentra en el origen de la industria zapatera en la provincia de Alicante, así como el proceso productivo de un zapato. En la sala II, hay cientos de zapatos con los que recorrer la historia de la humanidad y la moda española en calzado desde el siglo XVII hasta la actualidad. Sin olvidar, la galería de zapatos de famosos.
La sala III está dedicada a la creatividad y al arte a través de la colección de diseños y maquetas de los ganadores del concurso internacional de diseño ‘Lápiz de Oro’, también, incluye colección de miniaturas, zapatos de diversas fiestas de la ciudad y comarca y dos colecciones de hormas ortopédicas. Por último, la sala IV recoge el archivo, biblioteca y diplomatario del museo, una de las mejores bibliotecas especializadas en calzado de toda España.
Premio mejor Calzada de España
El premio Mejor Calzada de España nació con el fin de apoyar y darle prestigio a la fabricación de calzado femenino de alta calidad que caracteriza la producción zapatera de Elda y Petrer; destacando a mujeres de reconocido prestigio social y con importante presencia mediática. La última galardonada fue Marta Hazas que recibió el galardón, una estatuilla con un zapato alado, y la gran responsabilidad de ser abanderada del calzado español durante todo un año.
El pasado 17 de junio se celebró la gala del 15 aniversario en el Teatro Castelar de Elda, con un cambio sustancial con la apertura al público del galardón. «Con el nuevo modelo de evento implementado este año, apostamos por abrir a todas las firmas de zapatos femeninos con el objetivo de potenciar la imagen de calidad del zapato español. Por eso, estamos trabajando para que las marcas y firmas más prestigiosas de Elche, Menorca, Arnedo…se sumen a este evento», explica Gabriel Segura.
El balance es positivo y el director del Museo agradece públicamente el papel desarrollado por la directora del evento, Manuela Laguna. «En argot zapatero, hemos conseguido cambiar el paso a la Mejor Calzada. Teníamos un evento que venía repitiendo el mismo modelo desde sus inicios. Fueron los propios empresarios los que nos sugirieron los cambios. En ello estamos”, asegura el director del Museo del Calzado.