ALICANTE. En ocasiones, lo mejor llega al final. El Museo de Bellas Artes Gravina (Mubag) de Alicante acaba de inaugurar el último espacio en la primera planta que faltaba por terminar para completar así su exposición permanente, tras la intensa reforma experimentada en los últimos años. Paradójicamente, este espacio alude a la primera época a la que se remontan sus propios fondos y su discurso. Es decir, que terminan por el principio. Y lo hacen con la muestra Del trazo neoclásico al espíritu romántico, comisariada por María José Gadea, en la que se exhiben hasta 66 piezas en un coqueto rincón en el que vuelven a la esencia de los museos de bellas artes, incluyendo no solo obra pictórica, sino también esculturas y objetos decorativos con los que rememora el hilo narrativo del origen de la propia sala.
El Mubag completa así su exposición permanente, que se exhibe bajo el título El siglo XIX. La colección a la luz, y recupera la primera etapa de sus fondos, pero también lo hace entremezclando piezas de colecciones de la burguesía alicantina de mediados del siglo XIX y otras de la Escuela de Dibujo del Consulado Marítimo Terrestre, cuna de importantes artistas para su posterior formación en las academias de San Fernando en Madrid y San Carlos en València, y origen del propio museo, con tres dibujos propiedad del IES Jorge Juan: Academia, de Vicente Rodes, así como otros dos dibujos de Vicente Suárez Ordóñez. Además, se exponen cuadros de los alumnos más aventajados de esta escuela, como José Aparicio, José Peyret o el mismo Rodes, pertenecientes a los fondos de la Diputación de Alicante.