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UNA PUBLICACIÓN DESVELA LOS DETALLES DEL PROYECTO DE 1972

El monumento (fallido) al foguerer de Oteiza en Alicante

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ALICANTE. Jorge Oteiza se enfrentó, durante 1972, a un particular encargo: la creación del monumento al foguerer, personaje clave y representativo de las Fogueres de Sant Joan, que debía situarse en la Plaza de España de Alicante. Encargado por el ayuntamiento, la obra finalmente no se llevó a cabo, pero la propuesta de Oteiza aporta una reflexión acerca del sentido del arte como activador y resimbolizador del espacio público, que permanece vigente en el tiempo.

La publicación Oteiza en Alicante. El monumento al foguerer, 1972 recupera la memoria de este proyecto, aportando un exhaustivo relato y numerosa documentación inédita que clarifica la historia de esta fallida intervención. Martín Noguerol y Joan Calduch son los autores de esta obra, que constituye el noveno título de la Colección Cuadernos del Museo Oteiza, y que ha sido editada por esta entidad, en colaboración con el Ayuntamiento de Alicante y el MACA, Museo de Arte Contemporáneo de Alicante.

En su proyecto, Oteiza, coherente con su línea de trabajo, consideró que la resolución debía asumir una escala urbana capaz de dar una respuesta susceptible de colmar las necesidades de enriquecimiento espiritual del ciudadano actual. Se trataba de alumbrar un nuevo centro monumental como cualificación del espacio urbano, superando la mera ornamentación de la ciudad con una obra escultórica. “La escultura activa es toda la plaza -señaló el artista- el monumento es con toda la plaza , una estructura de relaciones abierta y practicable, espiritualmente coherente, simbólica, urbanística, cívica, funcional”.

Para el autor, la referencia a los ritos de purificación de agua y fuego, propio de las fiestas que despiden el invierno con la llegada del solsticio de verano, ampliaba el contexto del proyecto. “Probablemente, desde el neolítico, estas hogueras responden a los ritos de purificación y representan la muerte ritual del invierno y el triunfo del día sobre la noche”, señaló Oteiza, que describió su proyecto de este modo: “El núcleo temático es el día y la noche. Un elemento vertical simbolizando el fuego, el sol, como vencedor de la noche. Este signo vertical con una gran perforación circular en la parte alta. La noche como un elemento horizontal, plásticamente articulado, abatido, cruzándose en la parte baja, con cuatro perforaciones desiguales, simbolizando las cuatro fases lunares y que pueden servir como origen de la aparición del agua, como 4 fuentes de la muerte de la noche y de nuestros ritos de purificación”.

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