MADRID. Hablar de la automovilística francesa DS, perteneciente al grupo francés PSA (Peugeot, Citroën, DS y Opel), es hablar de la marca más característica y distintiva del consorcio galo.
Pese a que en la actualidad cuenta solo con cinco modelos (DS 3, DS 3 Crossbak, DS 4, DS 5 y DS 7 Crossback) éstos llaman la atención a primera vista y es que la marca gala ha querido desprenderse de la imagen de versión "tope de gama" de Citroën que llevaba aparejada hasta 2015.
Desde que se convirtió en marca propia, DS ha sabido diferenciarse de sus hermanos con una línea bien definida por su diseño y por sus modelos.
Prueba de ello es el DS 3 Café Racer, una versión exclusiva y cuya producción, según fuentes de la marca, está limitada hasta junio de 2019. Destaca por su llamativo diseño exterior, que ha sido elaborado junto al estudio parisino BMD Design.
Por fuera, el DS 3 Café Racer está customizado con múltiples elementos gráficos en distintos lugares de la carrocería, como en el capó, en las puertas, el portón trasero o la aleta de tiburón.
La carrocería bicolor se puede elegir en cinco colores (negro Perla, azul Encre, verde Zafiro, rojo Rubí y gris Platino), que se combinan con el crema Parthénon del techo.
Exteriormente también se distingue a este DS 3 Café Racer por las llantas exclusivas de 17 pulgadas Bellone, con centros de rueda en crema Parthénon, así como por una pintura negra texturizada en las DS Wings del frontal y las molduras laterales.
Esta edición especial probada por Efe cuenta con un único propulsor: el gasolina PureTech 110, que está asociado a un cambio automático de seis velocidades, tiene un consumo medio de 5,2 l/100 km (que en la prueba ha alcanzado los 7,1 l/100 km) y unas emisiones de dióxido de carbono (CO2) de 119 gr/km, por lo que está exento del impuesto de matriculación.
La palanca de cambios dispone de cambio secuencial, sin levas en el volante, y las transiciones entre relaciones han de hacerse desplazando hacia adelante o hacia atrás el pomo de la transmisión.