ALICANTE. Focaliza no pocas de las críticas tras la derrota del Elche CF en Son Moix, pero señalar al portero Iñaki Peña por la misma está del todo fuera de lugar. Sí, cometió un grosero error que condujo al segundo tanto del rival, pero también salvó a los suyos de ir dos abajo mucho antes, concretamente en el minuto 20 cuando se impuso a Muriqi en un mano a mano.

El del sábado fue otro partido para olvidar del Elche como visitante, "una cagada" de la que Eder Sarabia se hizo responsable... como corresponde. Y es que no fue el día de sus jugadores, de todos sin excepción porque en un equipo de futbol ganan y pierden todos, pero tampoco del técnico. El estilo de juego por el que aboga el preparador bilbaíno es el que es y le ha dado a la entidad mucho más de lo que le ha quitado en lo que llevamos de curso y no digamos el pasado, pero abre la puerta a errores como el citado que propició el segundo tanto del RCD Mallorca o como el que cometió Affengruber en el minuto 35 del duelo del sábado, en una acción similar a la de ese segundo gol, pero que Mateo Joseph no supo aprovechar.

Sarabia no va a cambiar, así que desgastarse en lo anterior es perder el tiempo, no queda otra que ajustar todo aquello que lleva a que su plan no funcione a domicilio igual que lo hace en casa, donde el equipo permanence invicto, y que contando la del sábado sean cinco las derrotas encajadas en lo que llevamos de curso, además de manera consecutiva, un registro negativo que no firmaban los franjiverdes desde la campaña del último descenso a LaLiga Hypermotion.

El Elche cae muchos enteros como foráneo y aunque su técnico no quiera ni oír hablar de falta de actitud, prefiere llamarlo "falta más aprendizaje, análisis, trabajo y un poco más de humildad", pero la realidad es que los propios futbolistas reconocen que están adoleciendo de la intensidad necesaria lejos de un Martínez Valero en el que parecen otro conjunto, para bien. Ahí hay un claro problema que, además, se puede resolver con relativa facilidad porque no es lo mismo carecer de actitud que de aptitud; la plantilla franjiverde ha demostrado que de lo segundo va sobrada, también que tras un buen encuentro como local cae presa de la relajación o del halago, ese que siempre debilita, y firma uno para olvidar a domicilio. 

Lo expresaba también este sábado en la sala de prensa de Son Moix Eder Sarabia: "Es la cuarta vez que después de un gran partido hacemos una cagada. Estamos en la jornada 16 y hay cosas que tenemos que hacer mejor", decía el técnico franjiverde al que se le vio abroncar primero a Martim Neto y luego a Rodrigo Mendoza, quienes cruzaron sus caminos en una segunda ventana de cambios tras la que el equipo terminó de caerse.

El Elche se llevó contados balones divididos ante el Mallorca que le ganó una y otra vez la espada con suma facilidad. Los bermellones hiciero polvo a los franjiverdes corriendo al espacio, pero tampoco sufrieron en demasía en defensa y es que el Elche apenas le generó peligro, hasta el punto de que no llegó a rematar entre los tres palos de la meta defendida por Leo Román, pues su gol fue obra de un rival en propia puerta.

La derrota del sábado coloca al Elche como el tercer peor equipo como local en lo que llevamos de curso liguero con solo 3 puntos de 28 posibles, tras tres empates y las citadas cinco derrotas. Además, esa derrota unida a la victoria del Girona FC ante al Real Sociedad (algo que le costaba el cargo a Sergio Francisco), hace que el colchón puntos sobre el descenso que tienen los franjiverdes mengüe en tres y pase a ser de cuatro a la finalización de la jornada 17.

El próximo domingo, desde las 18:30 horas, los franjiverdes tendrán ante el Rayo Vallecano la oportunidad de borrar la mala imagen liguera. Será un encuentro que llegará tras la disputa de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey la tarde-noche del martes en el Ipurúa contra la SD Eibar. Toca espabilar.