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Miguel podría ir a la cárcel por el tiroteo de 2009

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VALENCIA (VP). El defensa portugués del Valencia CF, Miguel Brito, vuelve a tener problemas con las autoridades. Según publicó el martes el rotativo luso 'Correio da manha', el futbolista podría ser condenado a cinco años de prisión por los incidentes acaecidos el 25 de diciembre de 2009 en una discoteca de Seixal.

El altercado, que terminó con disparos al aire, no es el primero en el que el jugador se ve implicado. Anteriormente, ya fue portada por otro incidente, esta vez, en una céntrica discoteca valenciana, que terminó con su compañero Manuel Fernandes en el calabozo.

Sin embargo, en esta ocasión los incidentes son de mayor gravedad. Según publica el diario portugués, la Fiscalía habría constatado indicios de que el futbolista internacional llegó a empuñar con la que se efectuaron los disparos. Así lo relata el diario lisboeta, que asegura que el comisario encargado del caso, José Ramos, dispone de pruebas periciales—restos de pólvora en las manos del jugador portugués—y testificales—varios testigos que aseguran que vieron los disparos—que implicarían a Miguel Brito en el suceso y por el que podría ser condenado por posesión ilegal de armas.

Con estas pruebas, según el documento del Ministerio Público al que ha tenido acceso 'Correiro da Manha', la Fiscalía pediría hasta cinco años de prisión para el futbolista del Valencia.

Los hechos sucedieron en la madrugada del 25 de diciembre, cuando Miguel Brito, acompañado de "cuatro o cinco individuos", intentaron entrar en la discoteca RS Dreams a las cinco de la madrugada cuando las puertas ya habían cerrado.

Los porteros de la sala, al parecer, impidieron la entrada del grupo en el que se encontraba el jugador valencianista y la situación desembocó en una discusión en la que, finalmente, se produjeron disparos al aire, aunque algunos alcanzaron un automóvil aparcado.

Posteriormente, Miguel y sus compañeros volvieron a la discoteca donde fueron detenidos por agentes de la PSP que los llevaron a comisaría. Horas después, fueron liberados y sólo quedó detenido uno de ellos, al que se le había encontrado un arma de fuego.

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