ALICANTE. El reciente ascenso del Elche a Primera División ha provocado situaciones paradójicas en la plantilla, ya que jugadores cedidos a la entidad han alcanzado la gloria esta temporada pero regresarán a sus clubes de procedencia en una categoría inferior, mientras que otros, que salieron del club ilicitano, volverán con el equipo en Primera tras vivir un descenso con los equipos donde jugaron a préstamo.

En el primero de los casos se encuentran los delanteros Pejiño y Sory Kaba, que salieron cedidos de Las Palmas, en Primera División, para reforzar al equipo ilicitano en su objetivo de pelear por el ascenso.

Ambos futbolistas, tras haber gozado de menor protagonismo del esperado, pese a ser futbolistas de Primera, regresan a la disciplina del equipo insular, que este año ha perdido la categoría, por lo que, pese a conseguir un ascenso su futuro pasa por volver a competir en Segunda División.

En el caso completamente opuesto se encuentran los jugadores Matia Barzic y Rafa Núñez, quienes tuvieron cierto protagonismo en el inicio del campeonato al participar en ocho partidos.

Los jóvenes futbolistas salieron del Elche en el mercado de invierno en busca de minutos de calidad en Elda y Cartagena, respectivamente, para continuar con su progresión.

Ambos jugadores no pudieron ayudar a lograr la permanencia, por lo que tras el descenso de sus equipos a Primera Federación regresarán al Elche, que ahora les recibe como conjunto de Primera División.

Pero el mejor ejemplo de lo que puede cambiar el destino de un futbolista en una misma temporada lo protagonizó el portero Edgar Badía.

El guardameta catalán arrancó como titular en el Elche una temporada histórica para el club ilicitano, pero apenas unos días después rescindió su contrato.

En el mercado de invierno fichó por el Tenerife, conjunto que acabó descendiendo a Primera Federación.