ALICANTE. Muchas caras nuevas, incluso con respecto a la jornada precedente, como también un sistema distinto, pero el resultado fue el peor a nivel de forma y de fondo. El Hércules fue un esperpento de equipo en Can Misses, tanto en la primera mitad, cuando se hartó de hacer concesiones a un Ibiza que sigue teniendo mejores individualidades que las blanquiazules, como en la segunda, cuando al adversario le entró el miedo a perder lo que tenía en la mano ante un equipo que a priori debería ser capaz de arrebatárselo, por muy falto de rodaje que ande también.

Nadie está libre de culpa del petardazo que pegó el cuadro blanquiazul la noche del sábado. Nadie, empezando por Rubén Torrecilla y su decisión de sentar a ‘Samu’ Vázquez por Sotillos de cara a la primera mitad, y siguiendo por todo el entramado defensivo (incluyendo al portero), pero también ofensivo: la imagen que laterales y centrales ofrecieron tanto en el primer como en el segundo gol fue penosa. Todo un chisgarabís en el que se vieron secundados por el centro del campo y el ataque. Sin ideas y apenas mordiente (a excepción de la jugada del gol), resulta propio de la ciencia ficción pensar que el Hércules hubiese sido capaz de aprovechar que el Ibiza le puso en algún en algún momento del segundo acto en bandeja un empate que, a todas luces, hubiese sido inmerecido por mucho que dijera Torrecilla.  

Sotillos no es lateral por mucho que en el club (el entrenador o el secretario técnico Paco Peña o los brujos visitadores de Enrique Ortiz o este mismo o todos o algunos de los anteriores) se empeñen y en la ventana de verano tuvo que venir un lateral derecho capaz de ser un relevo de garantías de ‘Samu’ al igual que lo debe ser Javi Jiménez de Rentero, prueba de ello es que actuó en la jugada del gol igual que lo hacen los centrales que se ven obligados a salir a tapar a banda en un momento concreto. Hablando de Rentero, quien en Can Misses firmó no pocas veces una salida del balón que no justifica que se hayan pagado 100.000 euros por la mitad de los derechos sobre él, también tuvo mucha responsabilidad en el tanto de Álex Gallar (quien en su día salió por la puerta de atrás del Rico Pérez y no por culpa suya)… y en el de ‘Bebé’ el otro flanco de la zaga, pues ‘Bolo’ y Retuerta casi fueron unos aliados para el portugués.

Una de las pocas veces en que el Hércules desplegó con acierto la presión adelantada que Torrecilla quiere que identifique a sus equipos, Unai Ropero robó, Fran Sol asistió y Ben Hamed reafirmó que es una bendición que tanto él como los otros dos estén jugando de blanquiazul. Ahora bien, ahí prácticamente empezó y se acabó ofensivamente un equipo que, como muchos demandaban tras la victoria en la jornada inaugural, no presentó tres pivotes y sí una segunda línea que debía arropar a un ‘9’ que, además, está llamado a ser el titular. Y tampoco olvidemos que el Hércules jugó desde el minuto 70 con dos puntas, otra de las cosas que se le han afeado al entrenador no pocas veces…

Vaya, que el error de optar por Sotillos está ahí, pero también la decisión de apostar por un 1-4-2-3-1 y, cuando se perdía el tren, el 1-4-4-2. Nadie puede esperar que un equipo de Torrecilla juegue a algo distinto de lo que se vio ante el Tarazona. Podrá ser más o menos intenso, implementar mejor o peor lo que el técnico quiere, pero no va a ser el Barça de Josep Guardiola. Si alguien lo espera está muy equivocado y si además es responsable (por acción u omisión) de que el extremeño entrene al Hércules tiene el doble de responsabilidad. De que Torrecilla no tenga autocrítica o vea partidos distintos al resto de los mortales no la tiene, pero ojo porque ha habido momentos en las dos temporadas precedentes en que interesaba a no pocos que lo anterior fuera así.

Los blanquiazules han de mejorar, vaya si han de hacerlo. Entrenador y jugadores, pero por convicción propia, no porque el entorno les diga que han de hacerlo de una manera u otra. Hay que creer en lo que se hace para hacerlo bien y a veces ni así y más en un deporte como el fútbol. Esto acaba de empezar, queda mucha tela que cortar, no se va a ascender en septiembre y tampoco a perder en este mes el caballo del ascenso. Eso sí, en este mes nos podemos cargar la temporada como ocurriera en la campaña 2019/20. Tampoco había mal equipo entonces, se había reforzado bien con respecto a la temporada anterior en la que no era precisamente malo, y sin embargo…