SANTA CRUZ DE TENERIFE (EFE). El entrenador del CD Tenerife, Álvaro Cervera, ha admitido este viernes que a su equipo no le vale de mucho empatar en la visita al Elche el próximo domingo, dada la difícil situación clasificatoria que atraviesa en LaLiga Hypermotion, y que las bajas obligadas le condicionan a la hora de plantear el encuentro ante uno de los aspirantes al ascenso a Primera División.

El técnico del conjunto blanquiazul no esconde que la ausencias de Aitor Sanz, Waldo Rubio y Enric Gallego, el primero por lesión y los otros dos por sanción, son tres jugadores con los que cuenta habitualmente, "y de diez jugadores de campo, suponen el treinta por ciento del equipo", por lo que deberá buscar alternativas, según ha manifestado en conferencia de prensa.

Con respecto a Aitor Sanz, con un problema muscular, los médicos le han dicho que estará de baja dos semanas, mientras que en el lado positivo recupera a Teto Martín, quien podría entrar en la convocatoria.

Para el partido de Elche, Cervera entiende que, a priori, un punto en el estadio Martínez Valero no solucionaría demasiado a un Tenerife que está penúltimo en la clasificación y a mucha distancia de los puestos de permanencia.

Además, cree que el rival "ya sabe a lo que juega, y juega a lo que quiere", después de un "cambio drástico" en su forma de concebir el fútbol con la llegada a su banquillo de Éder Sarabia, que ya les está dando resultado.

Por ello, considera que el Tenerife no puede salir a "esperar" a su rival, y entiende que deben desactivar la manera de jugar del conjunto ilicitano para tener alguna opción de sorprenderle.

Cervera ha reconocido que en los despachos del club se sigue trabajando en busca de futbolistas que estén sin equipo como posibles nuevos fichajes, por lo que no da por cerrada la plantilla, aunque sí admite que ahora mismo es "amplia" y eso le dificulta incluso en algunas tareas de los entrenamientos.

Al técnico blanquiazul no le gusta el horario del partido (14.00 hora peninsular), lo que les obligará a realizar un "desayuno fuerte" antes del choque, ya que además tienen previsto llegar a Alicante en la noche del sábado.

Debido a la crisis económica, el club le ha pedido que reduzca las convocatorias visitantes a veinte futbolistas y ha dicho que la medida no le parece mal porque esa cifra la considera suficiente.