VALENCIA. Ya lo sabemos. Por fin. El Valencia CF SAD es de todos los valencianos. No solo los valencianistas. Y el primero de todos ellos, ha asumido en primera persona la gestión de la crisis.
En su día, pensaba que el club era mayoritariamente de su presidente y su consejo de administración. En algún caso fue así. Luego, me enteré que la propiedad esta representada por una fundación, la del Valencia Club de Fútbol de la Comunidad Valenciana, a través de una operación de ingeniería financiera apalancada.
Hasta aquí, las cosas pudieran parecer medio normales, para gente medio normal. Pero no, había más. Bajo la formula jurídica de pignoración, el garante último de las acciones del Valencia CF SAD en posesión de la Fundación VCF era el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF).
No cabe más que recordar que el IVF es una "entidad de derecho público sujeta a la Generalitat, con personalidad jurídica propia y plena capacidad pública y privada". No cabe duda, dependiente de la Generalitat Valencia a través de la Consellería de Economía.
Y luego nos quejábamos de la falta de democracia del club cuando la realidad es que el Valencia CF SAD ya estaba democratizado. Ahora entiendo a Llorente y a Piles.
Pues bien, la Generalitat, sin olvidarse de la ilustrísima alcaldesa, ha comenzado a tomar las riendas de la situación económica del club. Ya era hora de ejercer el control del derecho político que la propiedad de las acciones les otorga.
Parece ser que la operación de rescate del club de Mestalla, filtrada indiscretamente por parte interesada, puede tener un final feliz. En este caso, a través de otra rescatada, Bankia, y otra en camino, Banco de Valencia, será posible articular una sociedad de notables, ¿de la Villa y Corte?, veremos, con capacidad más que suficiente para comprar el patrimonio inmobiliario de la sociedad pública Valencia CF SAD.
La operación, diseñada desde el ámbito de lo público, aunque ejecutadas a través de empresas privadas, lo normal en estos negocios, debiera dejar contentos a todos.
Solo me quedan dudas de donde se debería de anunciar la misma. La primera impresión me lleva a pensar que en la Junta General de Accionistas del día 19 de noviembre. Pero quizá, lo más justo sería su presentación en Les Corts del valencians. Como ustedes lo vean.
Se hizo duro perder a la Caja del Mediterráneo. No menos estresante ha sido el final de Bancaja. Ni que decir del esperpento de Banco de Valencia. Menos mal que hemos podido salvar lo verdaderamente importante de nuestra Comunitat. Nuestra joya de la corona. Al menos no hemos fallado en lo esencial. Agradecimiento eterno.
