VALENCIA. En un flojo partido, el Mallorca sacó un premio bastante importante de un estadio en el que nadie había puntuado en la segunda vuelta; los de Laudrup acabaron pidiendo la hora tras el acoso de los últimos minutos por parte de los granotas.
La clave del partido: El gol de Ramis, con la inestimable contribución de un Ballesteros que despistó a su portero. En ese momento, el Mallorca estaba KO, y el gol le dio la vida. Más allá de eso, el Mallorca cuajó un partido demasiado irregular, en el que sólo destacaron los primeros diez minutos del primer tiempo.