Arte y fotografía

Un valenciano en Roma: Adrián Salvador Candela moldea las capas de memoria desde la ciudad eterna

VALÈNCIA. La historia de la Academia de España en Roma es, en gran medida, la que conforman los creadores que han encontrado cobijo en sus instalaciones, un espacio que ha permitido el desarrollo de un buen puñado de artistas, entre ellos un tal Joaquín Sorolla que quizá les suene de algo. Cada año, una nueva generación de becados va dibujando una fotografía del presente del arte en España, de los muchos presentes posibles, un listado que este curso suma nuevos miembros, entre los que se incluye el valenciano Adrián Salvador Candela

 

El diseñador valenciano, que en 2011 fundó junto a Lucas Zaragosí Estudio Savage, ha sido uno de los seleccionados para formar parte de una residencia que se ha desarrollado durante el último año y que este verano pone el broche de oro con la inauguración de la exposición Processi 152, que presenta los resultados de las investigaciones realizadas por las becarias y becarios de la promoción 2024-2025. Comisariada por Caterina Borelli y Anna Cestelli Guidi, el recorrido viaja por disciplinas como la arquitectura, literatura, artes escénicas, plásticas o un diseño que es el pilar central de la creación de Salvador Candela.

 

La muestra, que abrió sus puertas hace apenas unos días en la sede de la Academia de España en Roma y que se podrá ver hasta noviembre, recoge el fruto del trabajo de estos meses, un camino por distintos proyectos entre los que se incluye Objetos epífitas y la ciudad estratificada, la propuesta de Adrián Salvador Candela, un proyecto que entrelaza tradición e innovación, materiales naturales e inteligentes y una mirada hacia la identidad que habla de lo local y lo global, unos conceptos que no le son ajenos y que ha ido explorando en sus distintas aventuras creativas.

 

 

“Durante mi estancia en la Real Academia de España en Roma planteo una revisión crítica del dogma funcionalista -esa noción clásica que sostiene que la forma debe estar supeditada a la función-, profundamente arraigada en mi formación como diseñador industrial”, explica el propio diseñador. Frente a esa “lógica racionalista”, Salvador Candela sitúa el punto de partida en la propia forma, en un material que, a través de su manipulación, acaba encontrando su función y no al revés. En este caso, el orden de los factores importa y mucho.

 

Desde el punto de vista técnico, el punto de partida ha sido el ahormado en piel, una técnica tradicional de modelado en húmedo con moldes de madera, históricamente asociada a la fabricación de calzado y marroquinería, que el valenciano resignifica como herramienta escultórica y conceptual. “Me interesa su potencial para generar volúmenes tridimensionales donde la piel, despojada de su uso habitual, se convierte en gesto emocional, en pliegue con memoria, en un cuerpo expresivo que desafía las categorías convencionales de función y ornamento”. 

En Objetos epífitas y la ciudad estratificada la forma es la que lidera el camino, una forma que propone, sugiere y moldea y que habla de manera explícita de las capas de memoria y de historia, unas capas que están más que visibles, precisamente, en una ciudad como Roma que muestra sus grietas a cada paso. En este sentido, el proyecto toma como metáfora la epífita, aquellas plantas que crecen sobre otras plantas, una idea que habla sobre el pasado, sobre la herencia, pero también sobre este futuro por construir. 

 

“Me interesa como esas capas no se eliminan, sino que coexisten e interactúan. A partir de esta reflexión comprendí que formo parte de la construcción de la última capa, la de los objetos”. Desde 1873, año de nacimiento de la Real Academia de España en Roma, más de mil becarios han vivido en Roma, un listado que este año sigue creciendo, formando capas de una historia que no se sustituye, sino que se engrandece, ahora mirando desde la ciudad eterna a la ciudad estratificada. 

Recibe toda la actualidad
Alicante Plaza

Recibe toda la actualidad de Alicante Plaza en tu correo