VALÈNCIA. Ternura, humor, amor, aventura y recuerdos. La compañía valenciana Kalostro emprende un viaje en el tiempo para contar la historia de Los zapatos de Juanilla, una pieza de teatro dirigida al público infantil -recomendada a partir de 6 años- que emprende una increíble aventura a través de un viaje entre generaciones y recuerdos. El 3 y 4 de enero Teatro Círculo se convierte en una máquina del tiempo subiendo a María Covadonga, Selva Gallart, Natalia Lasort y Marina Lilith -creadora de este texto- con una pieza dirigida por Miguel Torrecilla y ambientada e iluminada por Vicente Ausina. Entre hierbajos, notas musicales y niños aventureros se cuenta esta historia que viaja al pasado para contar el presente.

Jugando entre dos escenarios: la València contemporánea y la Andalucía de la posguerra, Lasort explica que esta pieza sigue la historia de dos niñas para hablar sobre la importancia del pasado y “la magia de la memoria familiar”. Tendiendo un puente entre dos generaciones que no estaban preparadas para encontrarse, la pieza fusiona “el mundo actual y el pasado más reciente” para atravesar el tiempo y hablar de la herencia emocional. “A través del texto de Marina Lilith desde Kalostro buscamos la forma de trasladar un mensaje que nos parece clave a las generaciones futuras, mientras hacemos que conecten con el arte desde una temprana edad”.

“De un cuento sacamos una pieza teatral que nos sirve para hablar de las mujeres que emigraron de la Andalucía de la posguerra a València en busca de oportunidades y una vida mejor. Viajamos entre los pueblos y la ciudad para hablar de las mujeres que han tenido que pelear para poder vivir tranquilas a día de hoy. Nos parece interesante poner el foco en las mujeres que nos preceden y en el conocimiento que nos pueden dar a nosotras”, explica Lasort. Jugando con este concepto, Los zapatos de Juanilla sigue bien de cerca a Sara, una niña que rechaza un regalo de su abuela sin ser consciente del misterio que encierra.

Tras este enigmático regalo, una caja de música, se encuentra una puerta que se abre hacia un lugar desconocido. Cargada de ilusión y ganas de viajar a un nuevo mundo -y acompañada de su gata Chichón- Sara viaja al pasado para conocer a Juanilla, “una niña alegre y sorprendentemente familiar”. La gata, Sara y Juanilla emprenden en el teatro un viaje único con el que consiguen desvelar el secreto que encierra la caja de música. Tras este argumento, que sigue la lógica del viaje del héroe, Lasort señala que se esconde una gran enseñanza para los más pequeños.

“Sara y Juanilla son unas niñas que muestran dos realidades totalmente diferentes. Por un lado, Sara vive en la ciudad y tiene todos los juguetes del mundo, por el otro Juanilla vive en un pueblo de Andalucía y tiene que andar todos los días para coger agua para su casa y se pasa el día haciendo tareas. Estas dos niñas se encuentran para resolver un misterio en común, y ahí se descubre el poder de la amistad que es donde radica el valor de la vida. Con la pieza hablamos de lo que es realmente valioso en la vida, más allá de los objetos”, explica Lasort, quien señala también que se hace empleando el tono con el que se referirían a un público más adulto, simplificando el lenguaje, pero no en exceso, logrando así que el teatro sirva para traducir una historia sobre amistad, amor y ternura a los más pequeños mientras se les trata también como mayores.