ALICANTE. Javier Chicote (Logroño, 20 de septiembre de 1979), representa la quinta esencia del periodismo, el paradigma investigador de los que descubren que quieren ser periodistas para matar la curiosidad antes de que ésta mate al gato. Comparte apellido con un cocinero pero él es más de cocinar exclusivas que arroces. El jefe de investigación de ABC habla con Alicante Plaza sobre el periodismo de investigación y si se está echando en falta que haya dosis de este arte en las informaciones sobre la Dana.
-¿Cómo empezó en el periodismo de investigación?
-Fue en tercero de carrera, tuve claro que cuando fuese mayor quería hacer esto. Al terminar la licenciatura hice un máster especializado, conocí gente del sector, personas que entrevisté durante ese tiempo. Tuve trabajo desde muy temprano en el área multimedia de Antena 3, nada que ver con la investigación, y se me dio la oportunidad de participar en un programa que se llamaba 7 Días y 7 Noches, presentado por Pedro Piqueras y Teresa Viejo, un programa de investigación en el que se hacían hasta cámaras ocultas. Después empecé a colaborar como freelance en la revista Interviú y allí es donde comencé a investigar.
-¿Después de Interviú se fue a ABC?
-En medio de alguna cosa más. Después escribí como freelance en Público cuando se publicaba en papel y estaba dirigido por Jesús Maraña. Me ficha Espejo Público de Susana Griso cuando es un programa de domingo y empiezo a colaborar también con la televisión del diario El Mundo. En el 2011 me ficha El Confidencial y tras un año me paso a ABC.
-David Jiménez suele decir que el periodismo de investigación no pasa por su mejor momento, y por aterrizarlo, quizá no se estén llegando al fondo de los asuntos en el desastre de la Dana, ¿ya no se hace un periodismo de investigación como el de antes?
-El periodismo de investigación eclosiona con la democracia, ahí es cuando surgen los primeros equipos en La Vanguardia, TVE… La época dorada de este periodismo llega con los casos de corrupción del gobierno de Felipe González, aunque en realidad en España no se ha practicado demasiado este tipo de trabajos. De hecho mi tesis doctoral va sobre por qué no existe el periodismo de investigación en España. En nuestro país no se suele investigar minuciosamente sino que las informaciones proceden de filtraciones. Este género es complicado, es un lujo, no todos los medios de comunicación se pueden permitir tener un equipo que se encargue de la investigación.
"Al político le gusta X porque así pone lo que quiere y no hay nadie que le pregunte sobre lo que dice"
-Me preocupa el uso de la red social X (antes Twitter) como fuente informativa…
-Creo que debe usarse como un elemento que está ahí, que tiene una parte peligrosa, al político le gusta X porque así pone lo que quiere y no hay nadie que le pregunte sobre lo que dice. Carlos Mazón, por ejemplo, cuando pone un tweet nadie le puede preguntar al respecto.
-Ahora que mencionas a Mazón, ¿cree que está faltando periodismo de investigación en el caso de la Dana? Se habla mucho de la factura, y conseguirla sería tan sencillo como preguntar a una fuente del restaurante en el que estuvo, ¿no?
-Sí, más allá de la comida, está faltando periodismo de investigación en la Dana en general. Lo que pasa es que vivimos en un momento en el que los periodistas trabajan de hoy para mañana, no tienen tiempo de indagar. Es curioso que todavía no se sepa nada sobre la comida, sobre todo porque habrá más gente aparte de Mazón que tenga información sobre esa cita.
-¿Puede haber un silencio pactado?
-Quizá, lo que pasa es que tal y como se ve desde Madrid, Mazón es una persona que está políticamente amortizada, sería más fácil abandonarlo que protegerlo, pero lo que estamos viendo encaja más con lo contrario, gente que lo sabe pero que no dice nada.
-¿Cúal es su rutina periodística?
-Sólo publico algo cuando tengo algo que sacar. Dependo directamente del director adjunto del periódico. Hablo con él de los temas que me van entrando, y en otras ocasiones me pueden encargar algo desde el periódico, tengo un trabajo bastante liberado, vengo a la redacción porque me gusta estar aquí. Soy un afortunado, aunque a veces tengo que hacer alguna cosa menor. Lo último que publiqué fue lo de Juan Carlos Monedero y ya no he vuelto a sacar nada.
-El sábado fue 8-M aunque este año no lo hayan recordado tanto…
-Sí, además el caso de Monedero ha destrozado a Podemos, sobre todo porque se le apartó por discrepancias políticas, no por ningún tipo de conducta inapropiada. La denuncia viene de un periodista de la televisión de Pablo Iglesias, Canal Red, Sergio Gregori, que cuenta las actitudes de Juan Carlos Monedero con varias chicas.
-Hablábamos de Carlos Mazón y la comida, de que habrá gente que sabrá toda la información pero no dice nada. Hace unos años un hombre denunció a Iñigo Errejón por una presunta agresión, y es curioso como no se ha vinculado eso con las presuntas actitudes chulescas, ¿qué pasa para que alguien decida hablar después de tanto tiempo?
-Eso de Errejón está muy bien tirado. Siempre he sabido que es un tío pendenciero, me contó un compañero suyo en la facultad que a él le llegó a coger de la pechera porque era un tío de derechas. Yo he tenido también algún encontronazo con él. En cuanto a lo de que porque sale ahora, lo de Juan Carlos Monedero por ejemplo, sale cuando me llega, espero un tiempo prudencial y lo público. Una feminista gallega contacta con periodistas de izquierdas para que lo publiquen pero no quieren sacarlo. Entonces es cuando contacta conmigo, que al ver lo de Iñigo Errejón no cabe en su sombro ante la hipocresía de Podemos.
"El mal periodismo es el que trabaja para el poder. Hay dos poderes, el poder político y el económico, el periodismo debe velar por hacer de contrapeso de esos estamentos"
-¿Hay un periodismo que intenta hacer un favor al poder? Me llama la atención como en el caso Ábalos por ejemplo se refieren a Jessica como a su novia cuando hay indicios más que suficientes de que no era exactamente eso.
-Lo hay y lo ha habido siempre, claro. El mal periodismo es el que trabaja para el poder. Hay dos poderes, el poder político y el económico, el periodismo debe velar por hacer de contrapeso de esos estamentos. A veces el periodismo trabaja para uno de esos poderes, he visto periodistas que compadrean con los partidos como si fuesen uno más, a los que el sueldo se lo tendría que pagar el partido de turno y no el periódico. Hay periodistas que no tienen un objetivo periodístico sino político, son activistas, no quieren que caiga Pedro Sánchez por lo que haya hecho sino por interés políticos. Cuando Nixon cae, el periodista que destapó Watergate, Woodward, era republicano. No tenemos una profesión de la que sentirnos orgullosos.
-¿Molesta a los periodistas que se incomode a los políticos?
-No demasiado, pero si que esta es una profesión muy cainita,y luego hay mucho periodista de camiseta. Cuando saqué la información sobre la tesis de Pedro Sánchez un periodista de El País iba a degüello a por mi. Estoy viendo en una de las teles de la redacción a Silvia Intxaurrondo, que entrevistó a Feijóo con una dureza brutal y luego a Pedro Sánchez le hizo un masaje. Eso pasa mucho, apretar a unos y encandilar a otros. No tenemos que estar al lado de los políticos sino enfrente. José María Irujo siempre cuenta que cuando llegó a Madrid le sorprendió el compadreo de algunos de sus compañeros con los políticos, de colegas que llamaban con el nombre de pila a Felipe González o a Alfredo Pérez Rubalcaba. Se debe poner una distancia de seguridad con los dirigentes, Pedro no es Pedro sino Sánchez, y Alberto no es Alberto sino Feijóo.
-¿Ha tenido que poner protección a alguna fuente?
-Enviarla a la Fiscalía, sí. Lo que he hecho es proteger el anonimato de la fuente, y eso incluye comunicaciones cifradas, por ejemplo. Nunca se debe desvelar quien es la fuente, cuando saqué el caso Lobato mucha gente intentó descubrir de quién se trataba, no lo sabe ni mi periodico. Esa es la mejor forma.
-¿Le han amenazado alguna vez? ¿En el caso de Monedero, por ejemplo?
-Podemos lleva haciendo campañas durante mucho tiempo. Con Juan Carlos Monedero hablé antes de publicar. No quiso hablar por teléfono pero sí que intercambiamos un Whatsapp. He recibido amenazas pero no muchas, como la de un policía corrupto en la trama Gürtel. Miguel Bernad de Manos Limpias también intentó amedrentarme usando a un ultra, a Alvise Pérez. Luego te llegan críticas de colegas de profesión, cuando saqué lo de Monedero me llegó que en El País se estaba criticando mi praxis periodística. Han llegado presiones a mi familia, y por ahí si que no paso.
-Ahora que ha mencionado a Manos Limpias, ¿hasta qué punto es fiable usar fuentes como Villarejo, Corinna, Aldama?
-Muy buena pregunta. Hay una característica que tienen las fuentes, que sea implicada o que no tenga implicación. La que está involucrada suele tener más información que las que no están vinculadas. Hasta el propio diablo puede ser una fuente de información. Vladimir Putin es una fuente de información, yo me entrevistaría con él. Pero en el caso Koldo con Aldama, por ejemplo, hay que poner un filtro, no va a ser objetivo y no te va a contar todo porque se está jugando años de cárcel. Villarejo ha sido fuente mía, y tuve que poner un filtro porque había veces que te desvelaba información de forma interesada, aunque en ocasiones te echaba una mano desinteresadamente. Se debe tener cautela con algunas fuentes.