ALICANTE. En Alicante hay quien trabaja en silencio construyendo nuevas escenas desde la paciencia y la escucha. Sigila es uno de esos proyectos. Una plataforma/colectivo que, desde 2024, viene trazando un mapa distinto en la ciudad, con las músicas de vanguardia, la electrónica y el minimalismo como brújula. Ese es el objetivo de Carlos Izquierdo, Manu Torres y Omar Martínez. “Somos un grupo de amigos que nos ayudábamos entre nosotros, en lo técnico, en buscar conciertos, en compartir música”, explica Izquierdo. “Quisimos formalizar eso para que sirviera de apoyo a todos los creadores afines y que siguiera creciendo”, relata el compositor y programador cultural. Un propósito que ha ido creciendo hasta conformarse como un sello discográfico.
Ese impulso inicial, mezcla de necesidad y deseo, se ha transformado en poco más de un año en un proyecto con identidad clara, con dos ciclos de actividades en marcha, un sello musical propio y una agenda que en este mes de septiembre ha propuesto hasta tres citas consecutivas. Una forma de hacer comunidad, pero también de tender puentes hacia fuera. Es por eso que el nombre que escogieron no es casual. “Nos gustaba que sonara íntimo, casi secreto; un término que viene de 'sigiloso', de la idea de algo cuidado, y también comparte raíz con la palabra ‘sello’, que nos parecía sugerente”, explica Izquierdo.
El sigilo como manifiesto
Sigila remite a ese territorio de lo que se susurra más que se grita, a la música como gesto delicado, incluso cuando se adentra en propuestas más ruidistas o cercanas al techno. Porque el proyecto parte de la electrónica más minuciosa, cercana al ambient o al minimalismo, pero no se limita a un solo género. “Desde ahí vamos a otros sitios: techno, noise o propuestas más vanguardistas, pero el inicio está en ese cuidado del sonido, en trabajar con mimo”, describe Izquierdo.
Lo que une todas esas corrientes es una idea que se repite como un mantra: la escucha. Escuchar como acto político, como práctica consciente en un tiempo de distracciones constantes. “Practicar una escucha atenta es difícil, incluso para nosotros mismos, pero sabemos lo bien que sienta y adónde te lleva; lo que queremos es generar experiencias que favorezcan esa escucha serena y atenta, tanto en conciertos como en charlas o lanzamientos discográficos”, destaca.

- Bonamasa en el ciclo 'Shhh'
Shhh: la música en el centro
Con esa premisa nació Shhh, un ciclo de conciertos cuyo nombre es toda una declaración de intenciones: pedir silencio para que la música ocupe el lugar central. “Queríamos poner la música en el centro y que se generara una escucha muy activa, y está funcionando muy bien”, resume Izquierdo. Cada cita combina un artista local con otro de fuera, para propiciar cruces y diálogos. Ya han pasado por el ciclo nombres como Eve Matin, Arturo Marín, Ylia, ETHR, Severine Beata o Bonamasa.
El próximo encuentro, el 20 de septiembre, reunirá a CULT.WV con Suay en un set que mezclará ambient con destellos de techno. La apuesta es clara: traer a Alicante propuestas que no suelen verse en la ciudad y darles un contexto que favorezca la atención plena. “Sentíamos que había un hueco que merecía la pena llenar y, además, combinar artistas locales con otros nacionales o internacionales nos permite crear un tejido, un sentido de equipo”, añade.
Encuentros en fase: la conversación como música
El otro gran eje de la programación de esta plataforma/ colectivo son los Encuentros en fase, actividades que se desarrollan en el centro cultural Las Cigarreras y que combinan charlas, presentaciones y concursos en torno al sonido y la cultura contemporánea. Han pasado por allí voces muy diversas: desde creadores de la escena experimental alicantina hasta el fundador de Banjo Soundscapes, Iván Llopis, que habló sobre la evolución del diseño sonoro hacia el paisaje de marca. También se ha debatido sobre el sampling como herramienta creativa, o se ha presentado la colección de música experimental y audio arte de Francisco López.
Este mismo sábado, 13 de septiembre, el encuentro toma forma de concurso con Ssshhhamplea, una propuesta en la que los participantes deberán crear una pieza a partir de samples grabados en distintos rincones de Alicante. “Queríamos vincular el sonido con la ciudad, de forma obvia o creativa y, a partir de ahí, que cada uno construya algo propio”, explica Izquierdo. El resultado será una especie de retrato sonoro colectivo, nacido de la manipulación y la imaginación, e inspirado en la ciudad de Alicante.

- Una cita del ciclo 'Encuentros en fase' en Las Cigarreras
El laboratorio discográfico
La tercera pata de Sigila es el sello discográfico, concebido como un espacio de apoyo mutuo entre los integrantes y afines al colectivo. En 2024 vio la luz la primera referencia, Music for an aimless walk, del músico ETHR. En 2025 se ha sumado Liminal, firmado por Arco Glanz, pseudónimo de Izquierdo para su proyecto electrónico. Ambos trabajos están disponibles en plataformas digitales como Bandcamp, Apple Music o Spotify, y han contado con el respaldo de pequeñas campañas de prensa en medios especializados. Por ahora no hay ediciones físicas, aunque no se descartan vinilos o casetes en el futuro. “Lo digital nos permite llegar rápido y con menos costes; más adelante, nos gustaría apostar también por formatos físicos, pero de momento la prioridad es dar aire a la música que tenemos en la recámara, que es mucha”, asegura.
Alicante como base y como reto
La ciudad ha jugado un papel fundamental en este arranque. No solo porque Las Cigarreras abrió sus puertas al proyecto, sino también por la red de contactos que cada miembro aportaba. Manu Torres regresó desde Barcelona, Omar Martínez compagina el colectivo con su intensa actividad como músico de estudio y en directo, e Izquierdo llevaba ya años vinculado a la programación cultural en espacios como el MACA o el propio centro cultural Las Cigarreras. Esa suma de trayectorias permitió que el colectivo encontrara pronto un lugar desde el que crecer, pero, al mismo tiempo, evidenció las dificultades de sostener un proyecto así en Alicante.
“La mayor dificultad es que no es nuestra fuente de ingresos principal; eso genera dispersión, porque la energía va a lo que te da de comer, pero en cuanto a público, nos hemos encontrado con mucho apoyo porque, aunque son eventos multitudinarios, la gente sale muy contenta y sentimos que hay respaldo”, afirma Izquierdo. El reto, por tanto, es doble: consolidarse en la ciudad, pero sin dejar de mirar hacia fuera. Así, nuevos miembros y colaboradores ya empiezan a aportar esa dimensión expansiva, como Bonamasa, residente en Madrid y con experiencia en Berlín. “Eso nos motiva mucho, porque abre la posibilidad de organizar algo en Madrid o en otros lugares, y es que la fuerza nos la da el trabajo en equipo, la suma de motivaciones y energías”, añade.

- Una cita del ciclo 'Encuentros en fase' en Las Cigarreras
Tres sábados seguidos
El mes de septiembre está siendo una prueba de fuego. Tres citas en tres semanas consecutivas que arrancaron el pasado sábado y que continúan este sábado, 13 de septiembre, con el concurso de sampling, siguiendo el día 20 con el concierto de CULT.WV y Suay. Una agenda intensa que busca visibilizar el proyecto y situarlo en el radar de la ciudad. “Nos gusta pensar que lo que hacemos es generar experiencias sensibles para que quien venga se sienta cómodo, centrado en la escucha, sin distracciones; eso es lo que intentamos con cada actividad”, resume Izquierdo.
En tiempos de consumo rápido, algoritmos y listas infinitas en plataformas digitales, Sigila reivindica lo contrario: el arte de escuchar despacio, con atención. Una práctica casi subversiva en un mundo acelerado. Un colectivo que se define por esa paradoja, aludiendo al silencio, pero con una acción que multiplica los sonidos. Su propuesta surge desde Alicante, pero se abre a una red de artistas nacionales e internacionales, y no es una empresa excesivamente rentable, pero encuentra su fuerza en la colectividad.
Quizá ahí resida su mayor valor: demostrar que otra forma de habitar la música es posible. Que la escucha puede ser un acto comunitario, político y transformador, y que en una ciudad que a menudo mira hacia fuera en busca de referentes, también hay quienes, en sigilo, están construyendo desde dentro. “Lo difícil es sostenerlo, claro, pero lo que nos da energía es ver que funciona, que la gente responde, que sumamos colaboradores; esa es la motivación”, concluye Izquierdo.

- Carlos Izquierdo, Manu Torres y Omar Martínez