VALÈNCIA. El próximo 12 de enero puede ser una fecha clave para la causa penal que investiga la gestión de la Dana. El juzgado de Instrucción 3 de Catarroja acogerá un careo entre la que fuera consellera de Justicia e Interior durante la catástrofe, Salomé Pradas, investigada en la causa, y José Manuel Cuenca, el exjefe de Gabinete del ya expresident de la Generalitat, Carlos Mazón. La jueza quiere desentrañar las contradicciones entre la testifical prestada ya en dos ocasiones por Cuenca y la versión de Pradas, expuesta en los whatsapps aportados a la investigación y sus declaraciones públicas.

Los mensajes presentados voluntariamente por la exconsellera al juzgado constituyen un hilo del que buscan tirar muchas acusaciones: el que conectaba aquel 29 de octubre la reunión de los responsables de emergencias, el Cecopi, con el entonces president de la Generalitat Valenciana, que estuvo hasta casi las 19h de la tarde comiendo con la periodista Maribel Vilaplana. Cabe señalar que Pradas ha sostenido siempre que no consultó sobre el envío del ES Alert a Mazón pero sí le estuvo informando del desarrollo de la emergencia.

En ese sentido, los 'whastapps' revelan que el entonces jefe de Gabinete actuaba aquella tarde como interlocutor directo de la exconsellera hasta el punto que, ante la posibilidad de declarar el confinamiento de la provincia de València, Cuenca le estuvo insistiendo en que no podía hacerlo. "Salo, de confinar nada por favor. Calma", le llegó a decir el 'mano derecha' de Mazón a la máxima responsable de la emergencia, que también contactó con el secretario autonómico de Presidencia, Cayetano García, ante las dudas jurídicas de esta medida que finalmente no se llevó a cabo.

El exjefe de Gabinete, citado a declarar por segunda vez cuando se conocieron las conversaciones, se enzarzó con la magistrada sobre si dio instrucciones o si fue correa de transmisión de las órdenes entre Mazón y la exconsellera, y negó que hubiera "contradicciones" pese a los mensajes que se habían hecho públicos. Así, dijo que no daba órdenes a Pradas y que no propuso ninguna medida sino que se limitó a expresar "dudas jurídicas". La instructora le insistió por las "instrucciones" que aparecen en los whatsapps pero él respondió que no eran "órdenes" ni "instrucciones" y que los mensajes estaban "descontextualizados".

Hay que recordar que en los mensajes, Pradas le dijo a primera hora de la tarde que había una persona fallecida en Utiel, a lo que Cuenca le rebotó un mensaje de Mazón donde decía que "igual a las 19h" irían al 112. Y sobre eso, Cuenca también negó que hubiera rebotado el mensaje del primer fallecido a Mazón: según él, "no procesó la información" porque no vio "la oficialidad" en ningún momento dado que los fallecimientos "normalmente lo chequean con confirmación oficial de la Delegación del Gobierno". Lo que le dijo al president, según Cuenca, es que "la cosa se había complicado" y que deberían ir a Utiel pero no le dio más "detalle".

La instructora llegó a leerle en directo los mensajes pero el exjefe de Gabinete de Mazón se reiteró: ni daba órdenes ni transmitió órdenes del entonce president porque la exconsellera y Mazón hablaron aquella tarde. Y defendió que no podía "permitir" que se le pueda "imponer la transmisión de órdenes". "Nadie me encomendó dar órdenes a nadie y menos a la consellera", recalcó en su intervención. Momentos más tarde, el fiscal llegó a preguntarse por qué se le daba toda la información a Cuencia y afirmó que el jefe de Gabinete parecía "el vicepresidente del Gobierno".

"Me vas contando a mí"

La jueza considera que las palabras de Cuenca dan "un sentido claramente distinto al contenido" de los whatsapps y es este uno de los motivos que han justificado la organización del careo. El otro: la versión de la exconsellera prestada fuera de sede judicial según la cual desde Presidencia se le dijo que no molestara a Mazón a partir de mediodía. Así lo expresó Pradas en la única entrevista que ha ofrecido hasta el momento, en el programa 'Salvados' de La Sexta, donde explicó que, tras informar a Mazón de las alertas hidrológicas que se habían decretado por la mañana, se puso "en comunicación con su jefe de Gabinete", que según Pradas le dijo: "El president está de actos, me vas contando a mí".

Sobre esta cuestión también fue preguntado Cuenca en su segunda testifical. Fue el fiscal el que le interrogó si había ordenado a Pradas que no molesatara al jefe del Consell y él respondió tajante: "No, en absoluto". Más tarde, matizó que lo que dijo no fue "taxativamente". "No recuerdo que el presidente me haya dicho que no le moleste nadie", apostilló al respecto. Es esta disonancia entre ambas versiones la que, tras la solicitud de la acusación popular de Acció Cultural del País Valencià, la magistrada acordó el careo.

El cerco a Mazón y una segunda declaración de Pradas

No hay que olvidar que la instrucción transita una fase que ya indaga directamente la actuación del que fuera jefe del Gobierno valenciano durante la catástrofe. Aunque no pueda declararlo como investigado -solo puede hacerlo el TSJ dado que sigue aforado-, la magistrada está tirando de todos los hilos que puedan resultar en indicios contra Mazón aprovechando el visto bueno de la Audiencia Provincial. Lo hace de forma poco velada cuando justifica la "esencialidad" del careo en el criterio de la Audiencia y concretamente, en la legislación que faculta a Mazón a "impartir instrucciones a los miembros del Consell" por su "condición de máxima autoridad de la Generalitat".

La magistrada ya ha rechazado declarar como investigado a Cuenca porque no tenía ninguna función ejecutiva, por lo que el careo solo se explica en la estrategia de cercar al expresident de l aGeneralitat. Desde que a finales de octubre la Audiencia Provincial permitió a a la jueza abandonar su extrema prudencia ante cualquier pesquisa que pudiera afectar a Mazón, ella ha abierto todas las vías posibles en su entorno y no solo ha citado a declarar a su núcleo duro, a los escoltas y chófer, o a la periodista que comió con Mazón sino que ha llegado hasta la salida exacta del vehículo de Vilaplana del aparcamiento, la factura o el reservado de El Ventorro o incluso las imágenes de la llegada del expresident al Cecopi.

Asimismo, con el careo la magistrada conseguirá una suerte de segunda declaración de la exconsellera, investigada en la causa. De hecho, en el auto la jueza señala que "la versión de los hechos que proporciona la investigada no puede ser una amalgama entre la declaración judicial, en la que contestó exclusivamente a las preguntas de su letrado, unas declaraciones públicas, sin asistencia letrada, y ya más recientemente la declaración en una comisión de investigación en la que osciló entre declarar o no, pese a que se acogió inicialmente a su derecho a no declarar".