El Hotel Huerto del Cura de Elche ha acogido un desayuno empresarial con representantes del tejido económico y social para presentar el informe de diagnóstico del avance del Corredor Mediterráneo, organizado por el movimiento #QuieroCorredor. Así, se ha puesto sobre la mesa los retrasos acumulados y la falta de ambición del Gobierno en el desarrollo del Corredor Mediterráneo. La cita reunió a voces destacadas como Vicente Boluda, presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios; Salvador Navarro, presidente de la CEV; Esperanza Navarro, de Gioseppo; y Paco García, coordinador del movimiento #QuieroCorredor, quien presentó el último chequeo semestral de las obras, correspondiente a julio de 2025.
García denunció que el Ministerio de Transportes está llevando a cabo una infraestructura "de mínimos", sin una planificación integral ni plazos claros para la finalización de tramos críticos como el túnel pasante de Valencia o el triángulo ferroviario entre Alicante, Elche y Murcia. Subrayó que el Corredor no consiste en construir una línea nueva, sino en adaptar el trazado existente para implantar el ancho internacional que permita la conexión directa con Europa sin transbordos. “Tenemos una línea de alta velocidad entre Valencia y Xàtiva que no se utiliza porque no se ha completado la conexión hasta La Encina”, criticó. Los tramos que sí requieren una infraestructura nueva son los más problemáticos, con ese eje Murcia-Elche-Alicante en el punto de mira con la variante de Torrellano o la conexión del Cercanías con la estación del AVE de Elche como ejes fundamentales que harán que las obras se retrasen hasta, como pronto, 2030, según García.
Vicente Boluda recordó que el 63% del tráfico marítimo de mercancías se concentra en el arco mediterráneo, y advirtió: “Una infraestructura sin acabar no sirve para nada. Si no hay trenes adecuados, las empresas no vendrán”. Salvador Navarro apuntó que cerca del 50% de las exportaciones valencianas van hacia Europa y que la falta de fiabilidad y frecuencia en el transporte ferroviario “está lastrando la competitividad de las empresas y los territorios”.
Esperanza Navarro apeló a la dimensión geoestratégica del Corredor: “Europa está redefiniendo su cartografía. Me cuesta imaginar una Europa fuerte sin esta infraestructura”. En su intervención, también hizo hincapié en la necesidad de pensar en la conexión con el norte de África y en el impacto positivo que tendría en sectores como el calzado y la moda, donde los costes logísticos son tan importantes como el diseño.
En el repaso técnico al estado de las obras, Paco García señaló que aunque el tramo entre la frontera francesa y Alicante podría estar terminado en 2027, persisten cuellos de botella graves como el túnel de Serrería en Valencia o la ausencia de estaciones intermodales en la provincia de Alicante. “Todos los trenes que vienen del sur o de Madrid tienen que pasar por ese túnel. Es inviable”, lamentó. También criticó la falta de visión en proyectos como el túnel de Elche, cuya estrechez impide hoy su duplicación: “Siempre nos quedamos cortos. Lo barato sale caro”.
Desde el Ayuntamiento de Elche, el alcalde Pablo Ruz lamentó la lentitud en la planificación y ejecución de las actuaciones ferroviarias en su término municipal, destacando la falta de conexión con el AVE, con el aeropuerto y con el parque empresarial, que emplea a más de 20.000 personas.
Concluyó Vicente Boluda con un mensaje claro: “Creímos que en 2026 estaría terminado. Vamos hacia un colapso de las carreteras. Hay que empezar a usar de verdad las vías de hierro”. Mientras tanto, #QuieroCorredor seguirá realizando sus chequeos periódicos y ejerciendo presión para que esta infraestructura vital no siga aplazándose indefinidamente.